Austin, Texas - Como senador tengo la obligación de apoyar legislación que proteja a las familias y economía de nuestro estado. También debo permanecer vigilante y ser directo sobre asuntos urgentes que ponen en peligro el carácter y motor económico de nuestra ciudad. La 'medida de baños' o SB 3 fue introducida en la sesión especial de la legislatura, con una oleada de oposición de parte de dirigentes, oficiales de policía y residentes de nuestro estado. Esta medida haría ilegal que personas transgénero usen baños públicos correspondientes a su identidad de género. Este asalto a la dignidad humana básica es uno que ya amenaza costarle mucho a San Antonio, no solo en nuestro sentido de la decencia como comunidad, sino en ingresos considerables que mantienen vibrante y competitiva a nuestra muy popular ciudad. Yo he votado en contra de esta propuesta una y otra vez, y continuaré condenando esta ofensiva legislación en nombre del respeto y la decencia hacia nuestros conciudadanos.

Otra consecuencia de aprobar la 'medida de baños' es la catastrófica amenaza económica que tendrá en una de las fuentes de recursos más vitales de San Antonio. El torneo NCAA Final Four del próximo año en San Antonio podría tener un impacto económico total de $243 millones, según un estudio encargado por la Ciudad de San Antonio. Vamos a perder esos ingresos si esta ley se aprueba. ¿Cómo sabemos esto? Porque lo mismo ocurrió en Carolina del Norte el año pasado. Cuando ese estado aprobó en ley su medida de baños, NCAA retiró los juegos de ahí, y las pérdidas no terminaron allí.

La revista financiera Forbes estima que Carolina del Norte perdió $630 millones en negocios, no solo por la cancelación de eventos deportivos y conciertos sino por compañías que iban a llevar empleos al estado, más nuevas inversiones de compañías existentes. Ahora la ley en ese estado ha sido parcialmente anulada, pero el daño ya está hecho. No podemos darnos el lujo de seguir ese camino.

Muchos otros grupos nacionales que planean traer decenas de miles de sus miembros a gastar dinero en nuestra ciudad están siguiendo los sucesos de cerca. Están preparados para cambiar de lugar y llevar sus eventos a otro lado si aprobamos la 'medida de baños'. Esto podría costarle a San Antonio $40 millones más en pérdida del negocio de convenciones. Si la pérdida de ingresos para la ciudad no es razón suficiente para oponerse a esta medida, escuchen a William McManus, Jefe de Policía de San Antonio. Él ha dicho que el departamento SAPD no ha recibido denuncias de ataques sexuales que involucren a personas transgénero en baños públicos, y que esta medida es innecesaria. Las leyes actuales ya proveen protección y penas adecuadas contra cualquiera que entre a un baño con fines ruines. También sirven como normativa corporativa de prácticamente toda compañía Fortune 500 en el país. La 'medida de baños' no dará más seguridad a los tejanos, sino que perjudicará a millones de personas que dependen de asistentes para ayudarlos en baños públicos. Ésta es una ley sumamente peligrosa para niños, ancianos y discapacitados.

No podemos apoyar una medida que promueve el odio y la intolerancia contra una población ya vulnerable. Eso va en contra de todo lo que defendemos como representantes de esta gran ciudad. Los visitantes de San Antonio vuelven a nuestra ciudad una y otra vez, no solo por la buena comida y ambiente colorido. Regresan por la gente que abre sus calles y restaurantes y estadios con una genuina hospitalidad, inclusión y tolerancia. Si destruímos eso, lo perdemos todo.

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