DE DIFUSIÓN INMEDIATA
25 de mayo de 2022
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Dallas – Me gustaría sumarme a los millones de texanos y estadounidenses al dar mi más sincero pésame, en primer lugar, a las familias de las víctimas del horrible tiroteo que tuvo lugar en la escuela Robb Elementary el día de ayer. Además, acompaño en sentimiento a todas las personas que pudieron escapar de esta tragedia sin sentido. Ellas también son víctimas y su vida nunca será igual.
Sin dudas, toda la comunidad de Uvalde sigue conmocionada y traumada, y esto será así por muchos años. Las autoridades de la escuela, la ciudad y la policía seguirán preguntándose qué fue lo que pasó el martes y qué podrían haber hecho diferente para evitar la masacre de los niños inocentes, las dos maestras y demás heridos. Es una situación difícil para todos los involucrados con días muy duros por delante. Como sociedad, deberíamos sentir cierta vergüenza cuando nuestros hijos nos digan, y con razón, que tienen miedo de ir a la escuela.
Hace menos de dos semanas, los afroamericanos fueron blanco de un ataque en Buffalo, Nueva York. Ese mismo fin de semana, hubo una serie de tiroteos fatales y numerosos heridos en un mercado de pulgas en Houston. El mismo día, en un evento de una iglesia en California, tuvo lugar un tiroteo en el que murió una persona y otras cinco recibieron disparos.
Desde ayer, me preguntan reiteradas veces qué es lo que vamos a hacer, yo o los demás legisladores, para erradicar o, por lo menos, frenar la violencia y las muertes por armas de fuego. Un buen punto de partida sería que todos los funcionarios electos coincidiéramos en que hay un problema que es tan obvio que cae de maduro. Pero, ahora bien, pido a los legisladores de Texas que revisemos con atención las medidas que tomamos en las sesiones pasadas, la de 2021 incluida, para que los texanos se sientan más seguros. Personalmente, no me siento más seguro sabiendo que en el estado en el que vivo con mi familia se pueden portar armas de fuego en público sin tener licencia ni haber completado un entrenamiento. Y cuando vemos en los informes de hoy que el autor del tiroteo, una persona perturbada de dieciocho años, había comprado, legalmente, en persona, dos armas de asalto estilo AR y cientos de rondas de municiones la semana anterior… ¿POR QUÉ? ¡Ahora todos sabemos la respuesta!
La seguridad pública no se debería haber convertido en el tema tan partidario que es hoy. Pero, por desgracia, así fue. Convoco a mis colegas republicanos en Texas y aquellos en los pasillos del Congreso a que nos ayuden a todos, a nuestros hijos, hermanos, padres y abuelos, amigos y seres queridos, a encontrar una solución a un problema que, literalmente, no nos deja vivir. O somos parte del problema o de la solución.
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