Me siento a la vez triste, perplejo, alarmado, frustrado y sí, indignado, después de saber de otro ataque armado a otro afroamericano supuestamente desarmado por aún otro miembro de la policía por lo que parecieran ser razones injustificadas.

Sí, se espera más información sobre este incidente –que tuvo lugar el domingo en Kenosha, Wisconsin. Y sin ninguna duda, el hecho será investigado. Pero, nuevamente, lo que se ve a simple vista tiene mal olor.

Nuevamente vemos el video de un testigo mostrando a un hombre sin arma visible, seguido por dos policías alrededor de su vehículo. Lo vemos abrir la puerta de su automóvil, y después escuchamos los disparos del agente. Oímos después que hubo un altercado del otro lado del vehículo de Jacob Blake. Y sabemos que toda la interacción con la policía de Kenosha sucedió con tres hijos de Blake como testigos dentro del SUV de su papá. En este momento Blake está vivo, pero se informó que parcialmente paralizado. Yo cuestiono si Blake hubiera iniciado un incidente armado con sus hijos claramente en peligro.

Muchos demandan una reforma al sistema judicial. Algunos critican los efectos de las protestas en vez de cuestionar sus causas. Es problemático también que aún en estos tiempos de suma conciencia y sensibilidad hacia lo que los manifestantes llaman violencia sancionada por el estado, demasiados agentes sigan reaccionando de maneras que, por lo menos, ponen su juicio en cuestión. Los insultos no producen respuestas.

Yo estoy entre los miembros de la Legislatura de Texas que vivimos con estas preocupaciones y trabajamos a ambos lados de un problema que seguimos sin resolver adecuadamente para satisfacción de los americanos en general y los americanos negros en particular, que merecen mejores respuestas.

Tenemos presente el dicho de que las personas negras no pueden resolver el racismo. Igual de cierto es que este problema no puede ser resuelto solamente desde la perspectiva de aquellos que son víctimas y lo ven desde abajo. Aquellos que niegan que América tiene problemas sistémicos en cuanto a cómo son tratados los afroamericanos y otras minorías en este país deberían tratar lo que es visible y aparente, y tener voluntad de ser parte de la solución. Ese diálogo debe empezar desde arriba.

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