DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Julio 24, 2020
(214) 467-0123
Senado del Estado de Texas
¿A cuántos de nosotros nos llevó más de una experiencia aprender la simple lección de ‘no poner la mano en el fuego’? Tal vez le hicimos caso a nuestros padres, o vimos lo que les pasó a otros que no lo hicieron. Pero a cinco meses de este mortal virus que ha costado más de 637,000 vidas en el mundo, hay demasiada gente que sigue sin creer que la terrible propagación del coronavirus es trágicamente real.
Para apresurar esfuerzos por controlar el virus, yo ofrezco un simple procedimiento. Si las instrucciones ofrecidas para combatir COVID tienen sentido: ¡HÁGALO! Si escucha algo que no tiene lógica: ¡NO LO HAGA! Por ejemplo, usar un barbijo o mascarilla ayuda a reducir la propagación del virus. Como todavía no se ha descubierto una cura y sabemos que la enfermedad es altamente contagiosa, ¡HÁGALO! ¡Use mascarilla!
Por otro lado, la mayoría de los americanos quedaron perplejos con los desvaríos desde el podio de la Casa Blanca que consideró ingerir cloro y otro desinfectante tóxico como remedio para la COVID. Por favor ¡NO LO HAGA!
A nivel mundial hemos oído el mensaje de evitar aglomeraciones, y hemos aprendido el término “distanciamiento social”. El virus, repiten los expertos, se propaga más fácilmente de persona a persona, dentro de seis pies de distancia entre una y otra. Por lo tanto tiene lógica que no acercándose mucho a los demás hay menos posibilidades de recibir las gotas de saliva que podrían transmitir la COVID. Así que manténganse alejado de otras personas. ¡HÁGALO!
Pero el mes pasado hubo una manifestación en Tulsa y un servicio religioso en el centro de Dallas donde no se respetó el distanciamiento social, muy pocos usaron mascarilla, y uno tuvo un coro compacto donde días después se reportaron exámenes positivos. Aglomeraciones en interiores, sin mascarilla, profesionales médicos dicen y repiten: ¡NO LO HAGAN!
Éstos son los hechos. En las primeras semanas de reconocerse el virus, cuando se dispusieron las órdenes nacionales y estatales para quedarse en casa, y aunque a regañadientes las cumplió la mayoría de los americanos, la propagación del virus parecía estar razonablemente bajo control. Cuando se suspendió el confinamiento, la furiosa ola que es el coronavirus comenzó a envolver al país, ciudad por ciudad, estado por estado y región por región.
En el Condado Dallas, el 28 de abril, días antes de expirar la orden de aislamiento, el número de casos positivos reportados desde que se comenzó a hacer exámenes sumaron 3,240, con 94 muertes reportadas. Tres semanas después, para el 18 de mayo, esas cifras se duplicaron y más hasta llegar a 7,679 casos y 177 muertes. El número de casos reportados al 15 de junio en el Condado Dallas volvió a duplicarse y más, llegando a 14,232 casos con 284 muertes.
Nos alarmamos cuando el promedio de nuevos casos durante 7 días subió a 300. Este mes, a partir del 5 de julio, el Condado Dallas reportó más de 1,000 nuevos casos por 16 días consecutivos, con el total acumulado excediendo 44,750 y cerca de 600 muertes (al 7/24/20).
A nivel estado, alrededor de 370,000 personas han contraído el coronavirus y las muertes llegaron a 4,700. Para una perspectiva más amplia, el 27 de marzo había alrededor de 540,000 casos de COVID en el mundo. Pero aún entonces Estados Unidos era un dudoso #1, con más de 80,000 casos. Y aunque EEUU representa menos del cinco por ciento de la población mundial, un cuarto de los 15.65 millones de casos de COVID en el mundo están en América. NO le crean cuando alguien dice que América está haciendo un fantástico trabajo en la lucha contra COVID.
Sí, no es una tarea envidiable hallar un equilibrio entre intereses competitivos de salud pública, la economía, y la necesidad de tejanos y americanos de ganarse el sustento. Pero lo que hemos visto es un ejemplo similar a esos en una canoa cuando no todos reman en la misma dirección. Hay mucha agitación y esfuerzo pero el bote no avanza. Se necesita una dirección única y estricta.
Cuando alguien le dice que la razón por la que hay más casos es porque estamos haciendo más exámenes, NO LE CREAN. Y NO crean cuando escuchan que el resultado de “99 por ciento de estos casos son totalmente inocuos”, cuando más de 145,200 americanos han muerto. Pero cuando alguien le da consejos prácticos como que usar mascarillas, evitar aglomeraciones y lavarse las manos ayuda a reducir la propagación de un virus que no tiene cura, piénselo una vez, dos veces si es necesario. Pero después ¡HÁGALO!
###