DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Julio 15, 2016
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DALLAS – Hace algunos meses, a consecuencia de los hechos que resultaron en la prematura e innecesaria muerte de Sandra Bland, comencé a reflexionar sobre las cosas que podrían hacerse para posiblemente evitar la repetición de incidentes similares. El camino hacia esto comenzó mucho antes de que América quedara pasmada ante la tragedia que tuvo lugar en un suburbio de St. Paul, Minnesota, hace unos días.
Esta misión me llevaría a comunicarme con el Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas. A ellos les pregunté cómo podríamos diseñar instrucciones para los conductores de Texas sobre cómo deberían responder a agentes policiales cuando éstos detienen su vehículo. Parece muy simple. Parece algo que nosotros como conductores experimentados ya deberíamos saber. Pero es una situación que ha resultado en tragedias desafortunadas cuando estas paradas rutinarias de alguna manera se descontrolan velozmente. Aunque estas paradas ocurren a diario sin incidentes cientos y aún miles de veces en toda América, cada uno de esos encuentros produce la ansiedad de lo desconocido para aquellos encargados de proteger la seguridad pública. Un incidente perjudicial más ya es demasiado.
Le he pedido a DPS que redacte un texto para incluir en el Manual de Conductores de Texas --la guía de instrucciones que se entrega a solicitantes de licencias de conducir. Estas mismas instrucciones deberían también ser incluidas en el material de entrenamiento para todo cadete que busca unirse al rango de los 59,000 agentes de policía certificados en Texas. Para desarrollar este texto, deberíamos reunir un grupo de trabajo que incluya la opinión no solo de policías, sino también de miembros de la comunidad y activistas defensores, así como de académicos y otras entidades de gobierno. Se ha sugerido también incluir estas instrucciones en el plan de estudio de escuelas secundarias. Instrucciones adicionales deberían agregarse también al manual para portadores de armas ocultas certificados como CHL.
Aunque en la comunidad negra consejos de este tipo han sido dichos y repetidos por los padres a sus hijos durante años y recientemente se han filtrado a la sociedad en general, algunos –hartos de tantos encuentros fatales—han cuestionado el porqué necesitamos dar instrucciones especiales a nuestros jóvenes. Mi respuesta a ellos es que este tema, estas instrucciones, son para todos; no hay límite de edad, son neutrales en género y aún razas. Pueden ayudar a conductores en Dallas, Amarillo, Laredo o Texarkana. Podrían calmar ansiedades en Ohio o Georgia o Maine si la idea se extiende.
No podemos darnos el lujo de no buscar un bien mayor, mientras esperamos frustrados la solución perfecta. Todos hemos sido testigos de que los errores pueden ocurrir y ocurren. Repito: un incidente perjudicial más ya es demasiado.
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