DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Noviembre 7, 2011
(214) 467-0123/(512) 463-0123
Se ha escrito mucho sobre este tema desde que generó titulares hace unas pocas semanas. Para recordarles: una propuesta de un funcionario estatal pide al Departamento de Vehículos Motorizados (DMV por sus siglas en inglés) de Texas que apruebe una placa vehicular especial con la imagen de la bandera de combate de la Confederación. Algunos dicen que es parte de la herencia histórica de Texas. Muchos más dicen que no quieren que les recuerden un penoso período en la historia tejana y americana, y lo que el símbolo sigue significando hoy cuando es exhibido orgullosamente por aquellos que usan capuchas y túnicas.
Di a conocer mi opinión hace más de un mes en una columna que recorrió el estado y el país a través de las redes sociales y hasta se la mencionó en el Wall Street Journal. Junto a mis colegas demócratas en el Senado y otro senador de Dallas urgimos a la directiva de DMV oponerse a la creación de una placa vehicular a nivel estatal que llevara este símbolo divisivo. Publicaciones desde Dallas a San Antonio, de Austin a Amarillo, Houston, Longview y Beaumont expresaron rotundamente la misma opinión: que el estado no debería endosar o promover una imagen considerada –independientemente de raza—ofensiva e hiriente para la mayoría de los afroamericanos.
No mencionaría este tema nuevamente si no fuera por el anuncio oficial del departamento diciendo que el tema estará en la agenda de su próxima reunión directiva planeada para el jueves 10 de noviembre. Un solo voto previno la aprobación o rechazo de este tema en abril. En ese momento, el presidente de la junta directiva Victor Vandergriff –uno de cuatro votos en oposición—declaró que el tema podría volver a presentarse. Desde esa vez, por cada dos o tres que piensan que no hay nada malo en una placa con la bandera de la Confederación, el cuádruple opina que la placa no tiene lugar en la Texas diversa del siglo XXI. Y hace solo unos días, el gobernador de Texas y candidato presidencial Rick Perry dijo ante la prensa nacional que esas placas representan “heridas” que no deberían volver a abrirse.
Aunque no voy a debatir la Primer Enmienda --los derechos a la libre expresión que disfrutamos como americanos, los principios básicos que apoyan esa libertad también dicen que no tenemos derecho a gritar ¡fuego! en un sitio concurrido y cerrado. Estas libertades no son absolutas y no dan permiso para causar daño a otros. De hecho, yo pido a aquellos que tienen una opinión sobre este controversial tema que ejerciten su derecho constitucional de asamblea para asistir a la reunión de la junta directiva del Departamento de Vehículos Motorizados de Texas que comenzará a las 9:00 del jueves, en el edificio John H. Reagan, Sala 120, en Austin.
Por último, para aquellos que guardan una memoria nostálgica de los confederados, hay que tener en cuenta que la historia debería permanecer en una perspectiva adecuada. Análogo a este debate hay otros eventos recientes de importancia histórica y relevancia global. En Alemania, la exhibición de la esvástica –el emblema del derrotado ejército nazi--es ilegal y se está considerando una prohibición similar en toda Europa. En otro continente, no existen celebraciones aprobadas a nivel estado del sancionado Apartheid. Las razones son las mismas. El dolor y sufrimiento humano no es causa de celebración en una nación civilizada.
Para compartir su opinión, puede llamar al departamento DMV de Texas gratuitamente al 1-888-368-4689, ó seguir las instrucciones en www.txdmv.gov/ bajo “E-Mail Us”.
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