DALLAS – Ha sido una semana muy interesante. Parte de ella la pasé respondiendo preguntas sobre si pienso que el Gobernador Rick Perry es racista, a lo que respondo con un rotundo no. Esta tormenta se desató el pasado fin de semana cuando el Washington Post publicó que la gran piedra de entrada en un campo de caza frecuentado por el gobernador tenía inscripto un término insultante, derivado de la nación africana Nigeria.

Entre asuntos impostergables de desempleo –incluyendo el de los maestros, la creciente pobreza, incendios forestales y una economía nacional todavía desequilibrada, me he enterado de un voto pendiente sobre una propuesta placa vehicular de Texas que conmemoraría la Confederación. Es otro recuerdo de los ‘viejos buenos tiempos’ que no eran tan buenos hace 150 años si el color de su piel era negro.

Hace solo unos años hubo una discusión similar por la presencia de varias placas en el complejo del capitolio estatal, que también celebraban la Confederación. No es irónico que el mismo funcionario estatal electo que no veía daño alguno en conservar estos vestigios de un período vergonzoso en la historia de Texas y América sea parte del actual debate.

El tema es si el Departamento de Vehículos Motorizados de Texas (DMV), entre su variedad de placas vehiculares especiales, aprobará o no una placa con la bandera de batalla de la Confederación.

Este tema se ha discutido muchas veces. Para los negros en Carolina del Sur era ofensivo ver la bandera rebelde flameando sobre su casa de gobierno, lo que llevó a su remoción en el año 2000. Aún hoy sigue siendo un punto contencioso. Temas e imágenes de la Confederación han causado el mismo debate en universidades y escuelas a nivel nacional y aún local. El programa deportivo de la Universidad de Texas en Arlington –mi universidad—se llamó una vez Los Rebeldes, ¡ya no!

Se haga con mala intención o no, ¿porqué querrían recordar los afroamericanos un sistema legalizado de servidumbre involuntaria, deshumanización, violación y asesinato en masa? Es tan poco deseable como lo que siente otra comunidad étnica al recordar el Holocausto. Hay algunos que acusarán: ‘está usando la excusa de la raza’. Pero tales pronunciamientos equivalen a culpar a la víctima por el crimen.

Con el debate definido, ¿qué hacer ahora? Su opinión y aporte pueden ser escuchados. El tema aparecerá en una futura agenda del Departamento de Vehículos Motorizados de Texas tan pronto como el 10 de noviembre. No logró aprobarse en otra sesión este año. Para aportar su opinión, puede llamar gratis al departamento DMV al 1-888-368-4689, ó siga instrucciones en www.txdmv.gov/ bajo “E-Mail Us”.

¿Qué vino primero, la excusa de la raza o el racismo?

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