DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Febrero 12, 2010
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Muchos de ustedes recordarán la teoría económica del ‘goteo’ (trickle-down). Ésta propone que si los pudientes reciben mucho, su generosidad eventualmente alcanzará a los carenciados. Pero 20 años después, los pobres siguen sin nada. El grifo que goteaba se tapó de alguna manera.
Pero ahora pareciera que la actual crisis económica –provocada por el colapso del sector de la vivienda de hace tres años que hizo caer Wall Street, que paralizó el sector automotriz, que hizo que los americanos perdieran su empleo a un ritmo de 700,000 por mes—halló una manera de explotar tal goteo para que los bancos (parte activa de esta catástrofe) puedan recuperar parte de sus pérdidas, de los usuarios de tarjetas plásticas.
Los americanos se pusieron furiosos al ser notificados por las compañías emisoras de tarjetas de que el crédito rotativo que conocíamos estaba a punto de cambiar. Muchos consumidores recibieron un triple golpe de compañías de tarjetas de crédito. Los atractivos intereses fijos fueron suplantados por tasas variables. Los bajos índices de interés aumentarían en algunos casos de un solo dígito a algo cercano al 20 por ciento o más. Esto empeoró aún más cuando los emisores de tarjetas sometieron los balances existentes a las nuevas y mayores tasas de interés. A los consumidores solo les quedó la opción de aceptar los nuevos términos o cerrar sus cuentas con las viejas tasas, les gustara o no.
La gente protestó indignada, y el Congreso y el nuevo y popular presidente promulgaron en mayo cambios radicales a la ley que rige los bancos y compañías de tarjetas de crédito. La nueva ley entra en vigor el 22 de febrero, dando a los bancos el tiempo que pidieron para su implementación. Su accionar hasta entonces incluyó imponer a sus ‘buenos clientes’ el mismo aumento de tasas que había sido usado, así como exorbitantes multas y cargos a los clientes riesgosos, para amasar ganancias.
De pronta efectividad, todo aumento en intereses u otros cargos de tarjetas de crédito se deberá avisar con 45 días de anticipación. La ley requiere que las tasas promocionales ofrecidas a cuentas nuevas o existentes se mantengan un mínimo de seis meses, y las tasas de interés y cargos en cuentas nuevas no pueden aumentarse más de una vez al año, a menos que el pago del cliente esté moroso por 60 días o más.
Los emisores de tarjetas deben ahora fijar fecha de vencimiento el mismo día todos los meses, y el día de pago recaerá en el segundo día laboral si el vencimiento cae un fin de semana o feriado.
Los avisos de pago mensuales deben emitirse ahora por lo menos 21 días previos a la fecha de pago. La ley actual requiere solo 14 días.
La nueva ley también protege al consumidor de recargos por pasarse del límite. Para poder hacer una transacción que haría que el consumidor se excediera en el límite, el consumidor debe ser alertado sobre esto antes de completar la compra.
Los bancos y otros emisores ya no podrán cobrar más por pagos telefónicos o transferencias electrónicas a menos se solicite un pago acelerado. Y los pagos hechos en la oficina del banco emisor deben ser acreditados el mismo día.
Tal vez usted aprovechó esas ofertas de transferencias de balance a un interés bajo o nulo. Quizás usted no sabía que los emisores podían aplicar su pago a la deuda con interés menor o nulo, mientras la deuda se acumulaba en balances con interés más alto. Esta práctica se termina. La nueva ley dice que todo pago superior al mínimo se aplicará ahora a la deuda con interés más alto.
¿Cuántos padres ignoraban que sus hijos universitarios tenían una tarjeta de crédito hasta que recibían la factura por correo? Esto también terminará. Los menores de 21 años necesitarán un co-firmante a menos que brinden pruebas de ingresos suficientes.
La gente que piensa que sus actuales contratos de crédito parecen un negocio de usura, hallarán consuelo en la nueva provisión que requiere que todo cambio en las normas de tarjetas de crédito impuestos después del 1º de enero de 2009 serán revisados por sus emisores cada seis meses, con consideración de reducción de intereses.
Los que compran o reciben tarjetas-certificados para regalos protestaron las prácticas del sector que penalizaban el no usar las tarjetas inmediatamente. Las nuevas reglas estipulan que no se puede cobrar recargo hasta después de 12 meses y que las tarjetas no pueden vencer antes de los cinco años de su compra.
Por último, todos los cambios en la ley serán revisados cada dos años por FTC y Reserva Federal en cuanto a su efectividad e impacto.
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