DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Noviembre 26, 2007
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La contratación de Mike Sherman, ex asistente Aggie y ex entrenador mayor de NFL, por la Universidad Texas A&M genera algunas preguntas.
Aunque era muy posible que se hicieran cambios dada la reciente controversia alrededor del ex entrenador mayor de Texas A&M Dennis Franchione, la velocidad con que se contrató al nuevo entrenador Aggie de fútbol [americano] Mike Sherman pone en duda el proceso de empleo en esta distinguida universidad.
Aunque el director atlético de Texas A&M Bill Byrne declaró públicamente el sábado que habría una búsqueda a nivel nacional para un nuevo entrenador, uno tiende a pensar que el proceso ya estaba en movimiento. Y aunque el tiempo pudiera comprobar que Mike Sherman fue una gran elección, la pregunta que surge es si se realizó una búsqueda extensiva o no.
Como parte de la orgullosa tradición del fútbol Aggie, las décadas pasadas han tenido un gran número de deportistas maravillosos que han vestido el granate y blanco, muchos de ellos afroamericanos. Pero esta búsqueda se realizó de manera tan secreta que uno se queda ponderando: a) ¿cuántos candidatos fueron realmente entrevistados para la posición?, b) ¿hubieron candidatos de minorías raciales capacitados para entrenador incluidos en el proceso?, y c) ¿se consideró seriamente a candidatos de minorías raciales –incluyendo la entrevista?
Deberíamos estar terminando con procesos de contratación que permiten barreras de este tipo. Según la Asociación de Entrenadores Negros (BCA por sus siglas en inglés), de los 119 programas de fútbol en grandes universidades, cuando abrió la temporada 2007, solo seis tenían afroamericanos como entrenadores mayores. De 23 vacantes este año, solo dos fueron ocupadas por candidatos de minorías raciales. Después está el argumento de que los entrenadores mayores son generalmente elegidos entre las filas de coordinadores. Podría haber otro problema aquí. De 242 posiciones de coordinador en universidades con fútbol, la BCA dice que solo hay 31 afroamericanos. BCA también menciona a por lo menos 33 asistentes de “minoría prominente” que promoverían como candidatos a entrenador mayor. ¿Habló A&M con alguno de ellos?
En el 2002, la Liga Nacional de Fútbol (NFL) implementó la “Regla Rooney”, que requiere a todo equipo entrevistar por lo menos a un candidato de minorías para vacantes de entrenador mayor. En el 2007, el mundo vio a dos entrenadores mayores afroamericanos dirigir equipos en el campeonato Super Bowl.
Aunque la Asociación Nacional de Deportes Universitarios (NCAA) lamenta el no tener una estructura cohesiva para implementar esta regla, ha habido conversaciones sobre el asunto tan recientemente como el mes pasado. Y según funcionarios de Big 12 –de la que Texas A&M es miembro—tampoco hay un sistema en funcionamiento que requiera la inclusión de candidatos minoritarios en las búsquedas de entrenador.
La Asociación Nacional de Baloncesto puede presumir del mejor récord y las Grandes Ligas de Béisbol no se quedan muy atrás en cuanto a contratación de entrenadores de minorías étnico-raciales. Pero seguimos viendo una y otra vez programas de fútbol universitario con una cofradía de líderes muy cerrada. América y Texas han progresado al punto que los entrenadores de minorías deberían tener la misma oportunidad que los demás de recibir los gritos provenientes de sillones frente al televisor y gradas de estadios.
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