Finalmente, se logró. Fue una bendición el presenciarlo todo. El viernes 11 de mayo, el Gobernador de Texas Rick Perry firmó la promulgación en ley del Proyecto de Ley 587 de la Cámara de Representantes –el Acta James Byrd Jr. contra Crímenes de Odio.

La firma del gobernador culminó un trabajo en progreso desde mi primer Sesión Legislativa en 1993. Su firma produjo un sentimiento de realización y alivio en muchos, y sobre todo en la familia de James Byrd Jr.

Tuve el privilegio de ser parte de la ceremonia de firma del proyecto de ley y tuve la oportunidad de hablar con la familia Byrd. La dignidad que han mostrado en estos tres años desde su muy personal tragedia es de elogiar.

El Acta James Byrd Jr. contra Crímenes de Odio fue aprobada por el Senado de Texas el lunes 7 de mayo del 2001. Pero los eventos ocurridos en Dallas cinco días antes produjeron el empuje necesario. Me causó conmoción el enterarme en Austin de que la iglesia del Reverendo Dr. Zan Holmes Jr. –la iglesia comunitaria metodista unida San Lucas—había sido profanada por individuos que eligieron actuar fuera de los límites convencionales y códigos morales para enlodarse con actos malévolos.

Fue grandioso el que miembros de la Cámara de Representantes se presentaran en la cámara senatorial y permanecieran allí durante más de una hora de discursos de “privilegio personal” a favor y en contra de la legislación contra crímenes de odio. Como resultado, uno de mis colegas del Senado que se oponía al Proyecto de Ley 587 de la Cámara de Representantes cambió de parecer, y así se obtuvo el apoyo necesario para presentar el proyecto en la cámara y debatirlo. He oído con frecuencia el proverbio espiritual “Situación extrema para el Hombre, oportunidad para Dios”. Ese dicho se hizo real y todos aquí fuimos testigos.

La repetida objeción a la legislación contra crímenes de odio era que contenía una “enumeración”. En otros términos, los Proyectos de Ley 587 de la Cámara de Representantes y 87 del Senado contienen un texto que nombra grupos específicos que serían cubiertos por estatuto. Sus proponentes dicen que esto es necesario debido a la vaguedad de la actual ley contra crímenes de odio. Esta no contiene los elementos del caso modelo de 1993: Wisconsin versus Mitchell. Ese caso define al crimen de odio como uno que se prueba ha sido motivado por “la raza, religión, color, incapacidad, orientación sexual, nacionalidad o ancestros” de la víctima.

La no mencionada oposición de algunos legisladores fue hacia la provisión de protección legal en casos relativos a la orientación sexual. Aunque yo mantengo valores familiares tradicionales, la orientación sexual de la persona no debería hacerla blanco de maliciosos actos criminales. Bajo el Acta James Byrd Jr. contra Crímenes de Odio, se incrementaría la pena de un crimen que se dictamina ha sido motivado por odio. Para explicarlo mejor, si el crimen fue de asalto o ataque, y se halla que el odio fue un factor, la pena será incrementada al nivel siguiente superior, de un delito Clase A a un crimen de tercer grado.

El proyecto de ley también asistiría a pequeños condados a afrontar juicios de crímenes de odio y asignaría una persona en el Despacho del Procurador General de Texas para servir como director de crímenes de odio.

Igual de satisfecho me siento al anunciar que el Proyecto de Ley Senatorial 1074, que previene el perfilado racial hecho por la policía, fue aprobado por la Cámara de Representantes de Texas el martes 15 de mayo. La mayor parte de mi trabajo en esta legislación en particular se hizo aquí en el Capitolio Estatal, un lugar céntrico, frecuentado regularmente durante la Sesión Legislativa por la mayoría de aquellos que tienen interés en el tema.

Nosotros como legisladores, más policías, organizaciones policiales y grupos de derechos civiles, logramos reunirnos –siempre teniendo en mente la realización de una idea—y trabajar en los detalles de una medida que tendrá un impacto duradero en cómo la policía y los ciudadanos responden en las paradas rutinarias de tráfico y peatonales.

Quedan unos pocos detalles legales antes de que esta medida sea enviada también a la mansión del gobernador para ser firmada en ley.

Bajo los términos del Proyecto de Ley de Perfilado Racial, todos los vehículos de patrulla policial en el estado de Texas serán equipados con cámaras de video y grabadoras de audio. Las citaciones de tráfico deberán contener columnas adicionales para información pertinente a la raza o grupo étnico, género, si se condujo un registro o no, si el registro fue de común acuerdo, y si el registro produjo un arresto. El Proyecto de Ley Senatorial 1074 también incluye provisiones por las que un ciudadano podría introducir quejas si y cuando siente que ha sido objeto de un incidente de perfilado racial.

Aunque comentarios de algunos en departamentos policiales manifiestan que estos requisitos impedirían la eficiencia en sus labores normales, los mandatos de la medida contra el perfilado racial pueden ser un instrumento efectivo para agentes de policía. Además de las obvias grabaciones de paradas en tráfico, la información audiovisual puede ser un freno para juicios frívolos y servir como útil de entrenamiento para técnicas policiales adecuadas. Se siente satisfacción cuando el trabajo de unos pocos logra beneficiar a todos.

En círculos nacionales, Texas no siempre tiene la reputación de ser un estado progresista. Pero con la aprobación de la legislación contra crímenes de odio y perfilado racial, la conciencia pública en las mentes de sus funcionarios electos, y un renovado espíritu dentro de las filas en aquellos siempre vigilantes de los derechos de los ciudadanos, éste puede ser un lugar donde todos nos sintamos seguros en nuestra vida diaria. Texas puede ser un estado del que todos nos sintamos orgullosos.

Royce West Senado de Texas

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