DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Agosto 10, 2017
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En América, los opioides matan un promedio de 165 personas por día. Todos los días.
Hay un abuso más que considerable de calmantes recetados para el dolor, lo que que causa crecientes muertes y hospitalización por sobredosis. El abuso de opioides alcanza hoy un nivel de epidemia, y se ha convertido rápidamente en la más mortal crisis de drogadicción en la historia de América. Es la mayor causa de muerte en personas menores de 50 años y ha matado más gente el año pasado que las armas o accidentes de tráfico --un número mayor que la epidemia de VIH en su momento pico.
Y esto no es un problema aislado de drogas, el abuso de opioides está ligado a un alto aumento del crimen, desempleo y suicidios, así como incremento de casos de maltrato y negligencia infantil. Está afectando a áreas rurales, donde antes no era común, y es una inmensa carga financiera en nuestra sistema de atención médica.
La heroína es un opioide, pero también lo son calmantes recetados como Vicodin, OxyContin e Hydrocodone. Desafortunadamente, las publicidades de televisión recomiendan estas drogas como la solución a todo dolor. La industria farmacéutica pinta un lindo cuadro del alivio al dolor pero ignora convenientemente los efectos secundarios o consecuencias a largo plazo. Mientras tanto, los dispensarios ilegales de pastillas se han hecho prevalentes en nuestras comunidades, y la gente continúa haciéndose adicta. Aunque la policía persigue a los traficantes de drogas, también se está enfocando en compañías farmacéuticas y médicos que, dicen, están inundando al pais con potentes analgésicos.
El problema es no tener un sistema funcional para dar seguimiento a clínicas del dolor o a pacientes. Una persona puede ir a varios doctores y obtener múltiples recetas o recurrir a vendedores ilegales. Es por eso que es crítico tener programas de seguimiento a drogas recetadas, y muchas legislaturas estatales están creando nuevas leyes para reducir la oferta de opioides recetados que terminan usándose como recreación, y a la vez mantener un acceso adecuado a pacientes con dolor crónico.
El Programa de Monitoreo de Recetas (PMP) en Texas es una base de datos que recaba información a nivel estatal sobre sustancias controladas vendidas en Texas. PMP permite a los que recetan (médicos, dentistas, enfermeros, etc) y a los vendedores (farmacéuticos) examinar el historial de recetas de sustancias controladas del paciente para asegurar recetas responsables y patrones de venta. Las agencias regulatorias también pueden usar la base de datos para investigar posibles prácticas indebidas. Sin embargo, el PMP actual carece de instrumentos básicos necesarios para incrementar su efectividad al máximo. El uso obligatorio de PMP por nuestro sector médico es necesario para recabar correctamente los datos sobre recetas.
En un esfuerzo por controlar nuestra crisis de opioides en Texas, fui autor de legislación en esta sesión que entrará en vigor el 1 de septiembre. Ordena que farmacéuticos ingresen datos en el PMP de toda sustancia controlada que venden, dentro de las 24 horas de días laborales. Y lo más importante, ordena chequeos obligatorios del PMP sobre el historial de recetas al paciente antes de recetar o vender toda sustancia controlada, a partir del 1º de septiembre de 2019.
Aunque hubo mucha resistencia inicial del sector médico para el chequeo obligatorio del PMP sobre el historial de recetas del paciente, hemos trabajado juntos para hacer ajustes, y para mejorar y desarrollar el sistema PMP, y permitir el período de gracia. Sin embargo, el cambio es inevitable y estos requisitos son necesarios.
Otra consecuencia de la creciente crisis de opioides es un aumento sustancial de robos en farmacias. En Texas no existen penas específicas para delitos cometidos en farmacias u otros establecimientos con provisión de sustancias controladas. Esto significa que el robo de una farmacia es tratado igual que el robo de una tienda de alimentos, sin importar que tipo de artículo se robó.
Como debemos proteger a nuestras comunidades de esta ola de crimen a la propiedad que alimenta la distribución ilegal de opioides, fui autor y logré aprobar una legislación para aumentar las penas por robo de sustancias controladas. En vigor a partir del 1º de septiembre de 2017, será un crimen de tercer grado el robo de sustancias controladas de lugares como farmacias, clínicas, hospitales o centros de ancianos.
La Legislatura de Texas debe continuar tratando esta creciente epidemia en la próxima sesión y crear más salvaguardas para prevenir las visitas a múltiples médicos, asegurar que los que recetan comprueben el historial de recetas del paciente, y ayuden a identificar esos pacientes que son adictos o necesitan asistencia. El abuso de opioides no va a desaparecer al depender nuestra sociedad cada vez más de drogas para paliar el dolor y otros problemas médicos. Aunque estoy orgulloso de nuestro arduo trabajo esta sesión, debemos hacer más para informar al público y prevenir que nuestros seres queridos mueran a este ritmo alarmante.
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