La historia nos ha enseñado que nada transforma tanto a la sociedad ni mejora la calidad de vida como la capacidad del hombre para utilizar y desarrollar nuevas fuentes de energía de manera efectiva y eficiente. El descubrimiento del fuego nos sacó de la Edad de Piedra; la energía hidroeléctrica, combustión y energía del carbón dio pié a la Revolución Industrial; nuestro descubrimiento y desarrollo de combustibles fósiles como el gas y petróleo nos catapultó hacia la edad moderna y tecnológica que hoy vivimos.

Apenas la semana pasada México superó su barrera legislativa final, terminando con 76 años de monopolio estatal y aprobando normativas para un marco bajo el cual compañías extranjeras podrán invertir y explotar el petróleo y gas natural de México. La reciente expansión en la producción de gas y petróleo en el norte de México se espera atraiga inversiones de $1 trillón en un período de 10 años y crée más de 2.5 millones de nuevos empleos para el 2025, creando un nuevo paradigma energético para Norteamérica. Sumando Estados Unidos, Canadá y México, la producción de gas y petróleo en Norteamérica será mayor que la de OPEC.

Un nuevo renacimiento energético está llegando al Valle del Río Grande en el Sur de Texas. Ninguna región tiene más para ganar con las reformas energéticas en México que el Valle del Río Grande. Con el Eagle Ford Shale al norte y la Burgos Basin --también conocida como el Eagle Ford Shale del sur de la frontera--el Valle del Río Grande está en el epicentro de esta revolución energética que se da en Texas y México.

Ya estamos viendo cómo el Eagle Ford Shale ha empezado a transformar las regiones del sur de Texas y Coastal Bend. Estamos viendo la creación de decenas de miles de nuevos empleos, mayores salarios, billones de dólares en inversión en la región, y un mayor tráfico y expansión en el Puerto de Corpus Christi debido al auge del Eagle Ford Shale. Solo en el 2013, Texas produjo más de $110 billones en gas y petróleo. Si Texas fuera un país, sería el 7º mayor productor de gas y petróleo en el mundo. El crecimiento y beneficios indirectos también son visibles. Cada vez que viajo por la U.S. 281 y I-35 en el sur de Texas, veo nuevos hoteles, restaurantes, centros de compras, y compañías de tuberías y soldadura, solo para mencionar algunas.

La creación de riqueza y prosperidad se ven a simple vista. Las familias tienen más dinero a fin de mes. Los emprendedores están triunfando en sus nuevos negocios. Los cofres condales se están llenando. El Fondo de Emergencias está recibiendo más dinero por la creciente actividad petrolera, permitiéndonos invertir más en la infraestructura de nuestro estado.

Ahora imaginen el cuadro general. Si esto es lo que estamos viendo solo del Eagle Ford Shale hacia el norte, imaginen el crecimiento y prosperidad que veremos cuando se materialice el desarrollo al sur de la frontera. En todo el estado, país y el mundo, la gente está tomando nota de esta revolución energética en el sur de Texas.

El 6 de agosto, el Vicegobernador de Texas David Dewhurst encargó al Comité Senatorial de Recursos Naturales: "examinar el impacto en la economía y negocios de Texas proveniente de la reciente expansión en la producción de gas y petróleo en el Norte de México. Evaluar oportunidades de crecimiento económico en Texas, y la colaboracion entre la empresa de Texas y México resultantes de la reforma energética en México, incluyendo los esfuerzos de México por recuperar gas de Eagle Ford Shale".

En una carta enviada a miembros del Comité de Recursos Naturales, su Presidente Troy Fraser reconoció: "Los productores de Texas están especialmente posicionados para aprovechar el cambio que se producirá con la reforma energética en México, y las comunidades y negocios de Texas se podrían beneficiar del desarrollo interfronterizo del Eagle Ford Shale". En su conclusión, el Presidente Fraser creó un subcomité, el que presido, para estudiar este nuevo cargo interino.

México seguramente tomará a Texas como modelo para desarrollar sus recursos naturales. Debemos estar preparados para enfrentar todo desafío y asegurar que estemos listos y ubicados para capitalizar totalmente del auge económico que las reformas energéticas de México tendrán en el sur de Texas y el estado entero. Algunas de las cosas que debemos examinar son las necesidades de infraestructura para acomodar el anticipado crecimiento, una fuerza laboral educada y entrenada para cubrir los empleos que se crearán, el impacto ecológico de la ampliada explotación, y temas de seguridad al sur de la frontera.

Espero ansioso la reunión del subcomité para estudiar el impacto de las reformas energéticas de México en Texas en el futuro próximo, y hacer recomendaciones para el pleno del Comité Senatorial de Recursos Naturales.

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