Junio 11, 2014
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Querida Kris:
Desde el momento en que diste tu primer suspiro, cuando me sonreíste por primera vez, supe lo fuerte que puede ser el amor de un padre. Un amor incondicional por un niño inocente que solo un padre puede sentir. Cuando ibas creciendo, ansié un ambiente seguro para ti y quise protegerte de las duras realidades de este mundo injusto.
Pero al convertirte en una resuelta jovencita, comencé a darme cuenta que existen crueldades de las que no podía protegerte --simplemente debido a tu orientación sexual. Yo no podía protegerte de la discriminación, la ignorancia ni el odio.
Sabía que en nuestro país hemos discriminado a la mujer hasta que obtuvieron el derecho a votar. Discriminábamos, y muchas veces lo seguimos haciendo, a los afroamericanos, la gente de ascendencia judía y los hispanos. Sin embargo, no estaba preparado para la discriminación que ibas a experimentar por ser gay.
Cuando al crecer se hizo claro que eras gay, para mí no hubo diferencia alguna. Sigues siendo mi hija. Tu no cambiaste. Siempre te amaré y apoyaré incondicionalmente. Los padres aman a sus hijos no importa su discapacidad física, discapacidad intelectual o si son de varias etnias o razas. Hay todo tipo de hijos. El amor de un padre es permanente. ¿Porqué la orientación sexual cambiaría algo?
Sé que has enfrentado muchos desafíos y luchas debido a tu sexualidad, pero también sé que mi amor te ha dado fortaleza y valentía. Los puntos de vista cambian al empezar la gente a aceptar y entender que las parejas de un mismo sexo son parte de nuestras comunidades, cultura y país. Viven en nuestras comunidades, trabajan en nuestras comunidades, van a la iglesia en nuestras comunidades y se suman como voluntarias al ejército, donde luchan por nuestras libertades. Son nuestros hijos e hijas, hermanos y hermanas, colegas y amigos. Las parejas del mismo sexo deberían tener la libertad de casarse y ser tratadas con dignidad y respeto.
Me entristece saber que vives tu vida en una sociedad que te ve como "diferente", o como alguien que no debería tener los mismos derechos básicos que una persona heterosexual. Eres mi hija --mereces el mismo amor y aceptación, y tener el mismo derecho a casarte con la persona que amas.
Como sociedad, no deberíamos tolerar los actos de discriminación, odio o violencia por ninguna razón. Somos todos iguales. Yo sigo comprometido con la causa de la igualdad y, más importante, por luchar para protegerte a ti y a los hijos de todos los padres. Todo hombre y mujer debería tener la libertad de elegir a su pareja.
Aunque ya eres una adulta, siempre serás mi niña. Estoy muy orgulloso de ti. Espero que un día tu también puedas experimentar el amor hacia un hijo. Y espero que un día tus hijos vivan en un mundo donde no necesiten una protección por querer casarse con quien aman.
Con amor,
Tu papá
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