DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Mayo 8, 2014
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Ya no es un secreto: las calles y carreteras de Texas necesitan un arreglo. Es muy posible que usted haya estado hoy parado en tráfico más tiempo del que quisiera. Para fines de este año, se proyecta que el tejano promedio perderá 44 horas parado en tráfico solo en este año. En 15 años más, ese tiempo perdido se duplicará. Eso es casi 90 horas al año o casi cuatro días enteros. Ese tiempo perdido en tráfico tiene un costo, un impuesto oculto a los conductores de Texas y sus familias.
Un estudio de TRIP, un grupo nacional de investigación vial, sugiere que las condiciones de los caminos de Texas podrían costarle a sus conductores tanto como $2,000 anuales. El estudio también aclara temas incluyendo congestión de tráfico, daño a vehículos por caminos en necesidad de reparación, y costos incurridos en accidentes causados por insuficientes medidas de seguridad, lo que le cuesta a los conductores de Texas $23 millones anuales. El Instituto de Transportación de Texas también halló que el costo de la congestión en nuestra economía estatal es de $10.8 billones al año.
La demanda de espacio vial ha crecido mucho más rápido que la oferta de ese espacio. Se estima que 1,000 personas se mueven en Texas por día. Nuestra infraestructura necesita poder cubrir ese crecimiento. En los pasados 40 años nuestra población ha crecido un 125%, el uso vehicular ha aumentado en 172%, el uso de carreteras ha aumentado un 238%, pero el espacio en carreteras solo ha aumentado un mero 19%.
Durante décadas, nuestro sistema estatal de carreteras fue eficiente, rápido y la envidia de otros estados. Nuestras carreteras hicieron de Texas la fuerza económica que es hoy. Durante años la población de Texas ha explosionado y el estado ha prosperado por ello. Pero esa prosperidad se ve ahora amenazada. Con la demanda vial superando con creces la oferta, la falta de inversión en nuestra infraestructura vial podría poner a nuestra economía de rodillas.
Invertir en nuestro sistema de vialidad es un imperativo económico y social. El costo de no hacer nada será de billones de dólares, destruirá miles de empleos, disminuirá el transporte de un valioso comercio, reducirá la productividad de los tejanos y dañará nuestra calidad de vida.
Con los Fondos Federales de Carreteras yendo hacia un abismo fiscal este verano y el estancamiento en el Congreso en Washington D.C., una cosa que está clara en cuanto a financiamiento a vialidad es que Texas necesita cuidar a Texas.
Cualquier solución seria a las necesidades de financiamiento a vialidad debe ser a largo plazo y sostenible. No podemos pedir prestado para salir de este pozo. No podemos seguir pateando la pelota hacia el futuro cuando será más difícil y oneroso financiar proyectos necesarios en vialidad. Nuestras familias no pueden seguir pagando los impuestos ocultos de nuestro inadecuado sistema de movilidad.
El Departamento de Transportación de Texas (TxDOT) estima que $5 billones más por año son necesarios para tratar nuestros actuales temas de vialidad. El año pasado, la Legislatura tomó un paso en la dirección correcta aprobando aproximadamente $1.2 billón al año para financiar vialidad. Estos fondos deben ser aprobados por los votantes este noviembre, ya que saldrán del Fondo de Estabilización Económica de Texas, también conocido como fondo de emergencia o Rainy Day Fund. Se proyecta que este fondo tendrá un saldo de $12 billones para fines del bienio fiscal.
Aún si la medida electoral es aprobada en noviembre, la Legislatura de Texas sigue teniendo que crear una "solución de Texas" viable para cubrir la diferencia de $4 billones que remediaría nuestras deficiencias viales. Como miembro del Comité Senatorial Selecto de Financiamiento a Vialidad, espero sopesar todas las opciones y permanecer comprometido en hallar una solución de financiamiento sostenible para proporcionar la infraestructura vial que nuestro estado necesita y Texas merece.
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