Austin – Con el objetivo de bajar los costos de la atención sanitaria de millones de familias texanas, la senadora estatal Lois W. Kolkhorst (R-Brenham) presentó la SB 827, que pone un máximo de 50 dólares a los costos de bolsillo que alguien con seguro de salud paga por la insulina.

Como presidenta del Comité Senatorial de Salud y Servicios Sociales, Kolkhorst dijo que se alarmó cuando el gobierno de Biden congeló el tope de 35 dólares que había establecido el gobierno de Trump para algunos planes de Medicare y Medicare Advantage.

“Aproximadamente 3 millones de texanos, casi el 11 por ciento de la población, tiene diabetes, muchos de los cuales necesitan insulina para vivir”, dijo Kolkhorst. “Esta es una cuestión de vida o muerte para muchos texanos: el aumento del precio de la insulina es más de lo que pueden soportar. Por eso, decidí apoyar una amplia coalición de legisladores que busca que los texanos no tengan que elegir entre comprar comida o insulina. Hace décadas que no hay avances médicos en lo que respecta a la insulina y no hay razón para que sea costosa”.

El precio de la insulina, un medicamento barato y abundante hace más de un siglo, ha aumentado inexplicablemente en casi 1,000% en los últimos 25 años, un costo cada vez más difícil de afrontar para los texanos. Con frecuencia, quienes tienen diabetes gastan entre 300 y 1,000 dólares por mes en insulina, sin incluir otros productos médicos relacionados a la enfermedad. Además, en la pandemia de la covid-19, los texanos con diabetes corren riesgos de salud que los hacen más vulnerables a complicaciones y fatalidades. A la fecha, 14 estados han puesto en práctica límites a los copagos, con topes entre 25 y 100 dólares.

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