Comité sobre inundaciones evalúa la respuesta y responsabilidad ante inundaciones en el condado de Kerr
(AUSTIN) — Los legisladores del Comité Selecto sobre Preparación ante Desastres e Inundaciones de la Cámara de Representantes y la de Senadores, junto al vicegobernador Dan Patrick y el presidente de Representantes Dustin Burrows, realizaron una reunión en Kerrville, el jueves, para escuchar declaraciones de las autoridades y los residentes del lugar sobre cómo se recuperan de la inundación catastrófica que azotó la región el 4 de julio, en la que murieron 137 residentes. El senador Pete Flores, de Pleasanton, quien representa la región golpeada por la inundación, incluido el condado de Kerr, el más afectado, dijo que el temporal había sido “un monstruo a la mitad de la noche”. Flores elogió a las autoridades del condado, los trabajadores de emergencias y los habitantes del lugar por su respuesta enfocada y organizada ante las inundaciones sin precedentes, y dijo que los legisladores querían saber cómo responder mejor a las inundaciones la próxima vez que sucedieran y cómo mitigarlas. “El monstruo regresará, de una manera u otra”, dijo. “Este comité aprenderá de ustedes y de las personas que presten testimonio sobre lo que aprendieron de esta situación y lo que piensan que deberíamos preparar para ayudarlos a responder al monstruo cuando regrese”.
Las autoridades declararon que cuando se fueron a dormir el 3 de julio no esperaban un evento meteorológico grave al día siguiente, dado que el Servicio Meteorológico Nacional anunciaba lluvias fuertes, pero no inusuales, en la región el fin de semana.
Si bien es inevitable que Hill Country se inunde, las muertes que ocurrieron el 4 de julio no lo son, y los legisladores han estado considerando maneras de garantizar que se avise debidamente a los residentes y visitantes cuando haya una amenaza de inundación. Algunas ideas que se consideraron fueron enviar mejores notificaciones directas a los teléfonos de quienes están en peligro o usar una sirena u otro sistema de alerta pública. Larry Leitha, sheriff del condado de Kerr, les dijo a los legisladores que no estaba seguro de que eso hubiera hecho una diferencia en este caso. “En mi opinión, ningún sistema de alerta hubiera cambiado el resultado o hubiera evitado la trágica pérdida de vidas”, dijo. “Para cuando el verdadero peligro se hizo evidente, nuestra oficina ya estaba en plena acción, rescatando residentes y visitantes”.
El senador Charles Perry, de Lubbock, quien preside el comité de respuesta ante inundaciones del Senado, fue contundente al analizar lo que se debe hacer. Quiere que la cobertura de teléfono celular, irregular en el mejor de los casos en las zonas más remotas de la región, se extienda para cubrir toda el área. En los condados más pequeños, como Kerr, Perry dijo que le legislatura debería considerar consolidar los servicios de coordinación de emergencia, en lugar de tener distintos coordinadores para el condado y la ciudad. “Quiero que mi director de la División de Manejo de Emergencias de Texas no tenga que adivinar con cuál hablar”, dijo. Perry también habló de la necesidad de mejorar los planes y protocolos de evacuación que afectan a las personas que viven o están presentes en la planicie aluvial de 500 años. Eso podría implicar planes de escape a un terreno más elevado, en lugar de una evacuación por las carreteras, muchas de las cuales fueron intransitables durante la inundación por la altura del agua. Las autoridades —expresó— deben ser más rápidas en ordenar este tipo de evacuaciones. “Toda la información y todo el monitoreo son útiles, ¿pero saben qué están logrando? Que se espere hasta el último segundo antes de interrumpirle el día a alguien”, dijo Perry. “Es un inconveniente que ahora estoy dispuesto a aceptar”. Según Perry, luego de la tragedia, las autoridades deben ser menos dubitativas ante posibles inundaciones. “Lo que no queremos hacer como comunidad es molestar con un aviso de inundación”, dijo. “Pero uno no puede darse ese lujo si vive a la vera del río”.
En el transcurso de la audiencia, habitantes del lugar, autoridades locales y legisladores estatales señalaron repetidas veces que no es una cuestión de si habrá o no otra inundación, si no de cuándo sacudirá la región, donde azotan algunas de las peores inundaciones repentinas del país. La legislación que surja de estas audiencias se valdrá de las lecciones aprendidas luego de las inundaciones del 4 de julio para implementar políticas con las que dar mejor respuesta y —se espera— evitar una pérdida de vida semejante a la que sucedió a orillas del río Guadalupe, cuando las inundaciones vuelvan a afectar la región central de Texas.
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