Proyectos permitirían diez mandamientos y período para rezar en horario escolar
(AUSTIN) — Los estudiantes y maestros de las escuelas de Texas podrían rezar y realizar otras actividades religiosas según una medida aprobada por el Senado el martes. El senador Mayes Middleton, de Galveston, autor del Proyecto del Senado 11, dijo que su medida tiene en cuenta los fallos emitidos hace poco por la Corte Suprema de los EE. UU. y que permite que los estudiantes que quieran rezar de manera voluntaria o estudiar Biblia (o cualquier otro texto religioso) puedan hacerlo. Middleton dijo que su proyecto reafirma las tradiciones y valores del estado. “Somos una nación y un estado construido sobre lema ‘Confiamos en Dios’,” dijo. La Cámara Alta también aprobó tentativamente el Proyecto del Senado 10, del senador Phil King, de Weatherford, el cual dispone que se coloquen los diez mandamientos en cada aula de las escuelas públicas. King afirma que estos principios constituyen la base del gobierno y el sistema legal de los Estados Unidos. “Pocos documentos han tenido un efecto tan grande en nuestro código moral y legal o solo en nuestra cultura como los diez mandamientos", dijo King.

El Proyecto del Senado 11, del senador Mayes Middleton, de Galveston, permitiría que estudiantes y maestros que lo deseen puedan realizar sesiones de oración en las escuelas públicas de Texas.
El tema de la religión ha sido objeto de controversia en relación con la Primera Enmienda y ha llegado al Tribunal Supremo de la nación en varias ocasiones. En 1962, en Engle c. Vitale, la Corte Suprema determinó que la obligación de recitar una plegaria en la escuela pública violaba la cláusula de la Constitución de los EE. UU. que establece el Estado laico en. El juez Hugo Black, en su escrito en nombre de la mayoría, halló que la plegaria de 22 palabras sin denominación religiosa que la Junta de Regentes de Nueva York exigía leer al principio de cada jornada escolar violaba la Primera Enmienda. “Cuando el poder, prestigio y apoyo económico del gobierno respalda un determinado credo religioso, es clara la presión coercitiva indirecta sobre las minorías religiosas para que se adapten a la religión predominante aprobada de manera oficial”, escribió.
En 1971, la Corte Suprema estableció un procedimiento que futuros jueces podrían utilizar para definir si una política pública violaba la clausula que establece el Estado laico. La “prueba de Lemon”, denominada así por Lemon c. Kurtzman, consistía de tres partes: un estatuto debe tener un propósito secular, no debe promover ni inhibir la religión y no debe generar un “solapamiento” de gobierno y religión. En 1980, la Corte aplicó esta prueba a la colocación de los diez mandamientos en las escuelas públicas, en Stone c. Graham. Esa fue la ley vigente hasta 2022.
La Corte consideró Kennedy c. el Distrito Escolar de Bremerton en 2022, fallo sobre el caso de Joseph Kennedy, el entrenador auxiliar que dirigía una plegaria luego de cada partido. La junta escolar, preocupada de que esta acción violara la clausula del Estado laico, le pidió que cambiara el lugar o el horario de su plegaria. Kennedy se negó y, en última instancia, se lo suspendió bajo licencia administrativa. La Corte falló a favor de Kennedy, poniéndole fin, en la práctica, a la prueba de Lemon y reemplazándola con el estándar de coerción. El juez Neil Gorsuch, en su escrito en nombre de la mayoría, dijo que este caso demostraba una hostilidad indebida contra la religión que no correspondía bajo la Primera Enmienda. “No hay indicio en las actas... de que se haya expresado al distrito preocupación de que hubiera coerción en las discretas oraciones pospartido que el señor Kennedy pidió continuar y que provocaron su suspensión", escribió Gorsuch. El juez explicó que lo que separó a este caso de los fallos anteriores fue que estos implicaban una plegaria en voz alta a una audiencia cautiva u obligada a participar. Esta decisión abrió la puerta a medidas como el Proyecto del Senado 10 u 11 que permiten la expresión religiosa no coercitiva en las escuelas públicas. “Por eso, hoy podemos volver a poner los diez mandamientos en las aulas de las escuelas públicas en Texas”, dijo King. El Proyecto del Senado 10 todavía debe someterse a una votación final el miércoles.
Según el Proyecto del Senado 11, el consentimiento debe ser explícito. Los maestros y estudiantes tienen que dar su consentimiento por escrito de que desean participar de estos segmentos religiosos. Las actividades deben desarrollarse fuera de la presencia de quienes no hayan dado su consentimiento y donde no puedan ser oídas por ellos. Nadie estaría obligado a participar y el tiempo en el que se desarrolle la actividad no puede ser tiempo de enseñanza. Cada junta escolar será responsable de votar si el distrito participa del programa o no.
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