El Senado aprueba proyectos para mejorar la salud y alimentación
(AUSTIN) — Los texanos estarían mejor informados sobre sus opciones alimentarias, y los profesionales de la salud recibirían más capacitación en dieta y nutrición, según una serie de medidas aprobadas por unanimidad en el Senado, el miércoles. Según la senadora Lois Kolkhorst, de Branham, los EE. UU. gastan más en salud que ningún otro país; sin embargo, los resultados no se corresponden con la inversión. Los datos confirman esta idea. Según informes federales, los EE. UU. gastan $4,3 billones de dólares en salud por año, más que ningún otro país, pero ocupan el cuadragésimo octavo puesto, detrás de Panamá, Albania y Omán, en la lista de la esperanza de vida por país. Kolkhorst atribuye este fenómeno a la cantidad en aumento de estadounidenses con enfermedades crónicas, que era de un solo dígito en la década del sesenta y ahora asciende a más de dos tercios de la población. Su medida, el Proyecto del Senado 25, haría una serie de cambios, empezando por el ámbito de la educación pública, los cuales cree que tendrían un efecto profundo en la salud pública de Texas y que ayudarían a los texanos tomar decisiones con conocimiento de causa en cuanto a la dieta, el ejercicio y el estilo de vida. “Vamos a dar un paso al frente y hacer cambios concretos para que Texas sea pionera en mantener a la población saludable”, dijo Kolkhorst.

La senadora Kolkhorst, de Brenham, quiere darles a los texanos la información que necesitan para tomar decisiones inteligentes sobre alimentación.
Como presidenta del Comité Senatorial de Salud y Servicios Sociales, Kolkhorst condujo, durante el período entre sesiones, un estudio sobre los efectos de las enfermedades crónicas en la salud pública en Texas, y los resultados la dejaron atónita. Un quinto de los niños de Texas son obesos, y casi tres cuartos de los adultos tienen sobrepeso. La tasa de diabetes de tipo 1 se ha duplicado en los últimos 40 años, y la tasa de cáncer asociada al exceso de masa corporal sigue en aumento. El senador José Menéndez, de San Antonio, dijo que su región tiene algunas de las tasas más altas de obesidad, hipertensión y diabetes de tipo 2 del país. “Por esa razón, tenemos algunas de las cifras más altas de falla renal por cápita”, afirmó. “Empieza con hipertensión y diabetes, y termina con la persona haciéndose diálisis. Le roba la vida... lo más ridículo es que es evitable; esa es la peor parte”.
El proyecto, dijo Kolkhorst, no se trata de convertir al estado en "la policía de la alimentación", sino en darles a los texanos la información que necesitan para que hacer mejores elecciones alimentarias. La medida dispone que, antes de 2027, todos los productos que contengan sustancias químicas o conservantes prohibidos en Canadá o la UE, pero no en los EE. UU., deberán indicarlo en la etiqueta. También establece que los estudiantes de Medicina deben hacer capacitaciones adicionales sobre salud metabólica y que la enseñanza sobre nutrición debe ser un requisito de la formación permanente de los médicos, enfermeros y auxiliares médicos. Por otro lado, los estudiantes en las escuelas tendrían Educación Física obligatoria cinco días a la semana y aprenderían sobre nutrición y salud metabólica como parte del currículo escolar. Por último, la medida crea un grupo asesor que estudie temas relativos a la nutrición y las enfermedades crónicas, y haga recomendaciones regulares sobre políticas públicas de nutrición. Kolkhorst cree que su proyecto conllevará a mejoras considerables en los resultados de salud pública. “Esto marcará una diferencia en la vida de millones de texanos”, dijo.
El Senado también apoyó un proyecto con el que busca impedir que ciertas sustancias químicas lleguen a los platos de los estudiantes que reciben el almuerzo sin costo o con descuento en las escuelas públicas. “Para muchos niños en nuestros distritos, quizá esa es la única comida caliente que comen”, dijo el senador Bryan Hughes, de Mineola. “Cuando miramos la situación de los programas de almuerzos escolares hoy, tenemos que reconocer que, de muchas maneras, el gobierno ha sido negligente si el objetivo era brindarles comidas saludables y nutritivas a esos estudiantes”. Su propuesta, el Proyecto del Senado 314, prohíbe ingredientes que se asocian a daños graves de salud, como sustancias químicas como aceite vegetal bromado, propilparabenos y ciertas tinturas artificiales para alimentos, de los programas de almuerzo gratuito o con descuento si hay alternativas disponibles. Hughes dijo que el proyecto afectará a más de tres millones de estudiantes en las escuelas públicas de Texas.
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