Senadores impulsan agenda legislativa por una mejor alimentación
(AUSTIN) — Texas tiene que tomar medidas para mejorar la salud de los adultos y niños y se debe empezar con los alimentos que consumen, según la presidenta del Comité de Salud y Servicios Sociales. El martes, en una conferencia de prensa, la senadora Lois Kolkhorst, de Brenham, presentó junto a otros legisladores una serie de proyectos que buscan reducir las enfermedades crónicas e informar mejor al público sobre las decisiones que toman en materia de alimentación. “Tenemos que hacer algo respecto a estas enfermedades crónicas”, dijo Kolkhorst. “Esto es por el bien de nuestros hijos y nietos”.
El Comité de Salud y Servicios Sociales realizó una serie de reuniones durante el período entre sesiones en las que investigó el vínculo entre la alimentación y las enfermedades crónicas. Kolkhorst dijo que los hallazgos fueron alarmantes. La senadora explicó que los Estados Unidos gastan 4.5 trillones de dólares anuales en salud y 90 % de esos costos se destinan en el tratamiento de enfermedades crónicas y trastornos de salud mental. “Gastamos más que ninguna otra nación y, mida como se lo mida, nuestro desempeño está aquí abajo", dijo Kolkhorst mientras señalaba el suelo. Afirmó que uno de cada cinco niños son obesos y que casi el 75 % de los estadounidenses adultos tienen sobrepeso u obesidad. Los casos de personas menores de 50 años con cáncer han aumentado 79 % desde 1990, y más de la mitad de casos se atribuyen al exceso de peso.
Kolkhorst planea abordar este problema con una medida abarcadora, el Proyecto del Senado 25, centrado en la educación sobre nutrición y el ejercicio. Dijo que su propuesta se basa en cuatro pilares. El primero es el ejercicio en la infancia. El proyecto aumenta la cantidad de horas de educación física que tienen los estudiantes en la escuela pública. Segundo, la medida dispone que los prestadores médicos se eduquen sobre temas de nutrición durante sus estudios universitarios, en la residencia y como requisito de actualización profesional. Kolkhorst dijo que, en sus reuniones con los prestadores de salud en el período entre sesiones, halló que solo unos pocos estaban formalmente capacitados en nutrición. “No les estamos enseñando sobre una buena alimentación a los estudiantes de medicina”, dijo. El tercer pilar del proyecto consiste en crear un nuevo consejo asesor que estudie el posible vínculo entre la comida procesada y las enfermedades crónicas. Por último, el proyecto implementaría nuevas normas de etiquetado. Los alimentos que contengan ingredientes prohibidos por autoridades de salud en Europa, el Reino Unido o Canadá deberían incluir una advertencia clara en el paquete. “Si un ingrediente está prohibido en la mayor parte de la civilización occidental... entonces tendrán que poner una advertencia”, señaló.
Los otros dos proyectos abordan la alimentación entre quienes reciben asistencia económica del gobierno. El Proyecto del Senado 314, del senador Bryan Hughes, de Mineola, prohíbe el uso de ciertas sustancias químicas y tinturas en las comidas de los estudiantes de bajos recursos que son parte del programa de almuerzos gratuitos o con descuento. Hughes dijo que esos niños no pueden elegir lo que comen y, por lo tanto, el estado tiene que asegurarse de que se les ofrecen comidas saludables. “Si un ingrediente está asociado con un daño grave a la salud, es innecesario y hay otras opciones, la ley estatal prohibiría que se lo sirva en la comida de un niños”, dijo. Así presentado, el proyecto prohíbe siete ingredientes específicos, que son aditivos prohibidos en uno o más estados de los EE. UU. o en países de la U.E. En la conferencia de prensa del martes, Hughes anunció que se ampliaría el proyecto para abarcar más tinturas y aditivos sintéticos.
El Proyecto del Senado 379, trazado por el senador Mayes Middleton, de Galveston, dispone que no se puede utilizar el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) para comprar comida chatarra. Según Middleton, el objetivo de estos programas es darles alimentos saludables a las personas que reciben una ayuda económica del gobierno, pero eso no es lo que sucede con el sistema actual. “Queremos asegurarnos de que les estamos dando alimentos saludables y nutritivos a los texanos con necesidad económica”, dijo. Este proyecto elimina varias bebidas azucaradas de la lista de productos que se pueden comprar con SNAP, también otros como dulces, papas fritas o galletas.
Los proyectos del Senado 25 y 314 se tratarán en el Comité de Salud y Servicios Sociales el próximo miércoles, en la primera reunión pública del comité esta sesión legislativa.
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