Un proyecto restringiría la adquisición de tierras texanas por entidades extranjeras
(AUSTIN) — Los países que las autoridades federales consideran hostiles a los intereses estadounidenses podrían enfrentar restricciones al momento de comprar tierras en Texas, de acuerdo con un proyecto que trató el Comité Senatorial de Asuntos Estatales, el jueves. La senadora Lois Kolkhorst, de Brenham, dijo que en su última campaña escuchó quejas reiteradas de sus constituyentes sobre entidades extranjeras que compraban tierras agrícolas e industrias manufactureras en su distrito más rural. Al estudiar la cuestión, dijo que le resultó preocupante la tendencia de que representantes de entidades extranjeras hostiles a los EE. UU adquieran tierras estadounidenses. “Por desgracia, algunos regímenes en el mundo representan una amenaza a los Estados Unidos al no respetar los derechos a la propiedad privada y están dispuestos a usar esos derechos para socavar nuestra república constitucional", dijo. Su proyecto prohibiría que los representantes de uno de estos cuatro países (China, Corea del Norte, Irán y Rusia) compren ciertas propiedades en el estado.
La senadora Lois Kolkhorst, de Brenham, presenta proyecto en el Comité Senatorial de Asuntos Estatales para restringir la compra de tierras texanas por parte de ciertos extranjeros.
Kolkhorst dijo que la razón por la que se incluyen esos cuatro países en particular es porque en la evaluación anual de amenazas elaborada por el Director Nacional de Inteligencia figuran constantemente como aquellos que tienen la predisposición más hostil a los EE. UU. A estos cuatro países también se les prohibió adquirir infraestructura clave en Texas, conforme a un proyecto que se aprobó de manera unánime en ambas cámaras en la última sesión. Kolkhorst dijo que su proyecto parte de esa medida, que recibió un gran apoyo, el cual protege los alimentos y la energía y mejora esas garantías de seguridad nacional. Agregó que otros veintidós estados tienen leyes similares. Koklhorst también subrayó que, de las cuatro naciones, solo una, Rusia, permite que los estadounidenses adquieran tierras en el país y solo en regiones específicas y aprobadas.
Cuando se lo presentó originalmente, el proyecto recibió algunas críticas fundadas en el temor de que las personas de los países mencionados que viven en los EE. UU. legalmente como ciudadanos, residentes permanentes o solicitantes de asilo, quedaran abarcadas por la prohibición. Como respuesta a esta preocupación, Kolkhorst dijo que trabajó con las partes interesadas para producir una medida sustituta que abordara esas cuestiones. Los ciudadanos y residentes permanentes quedan excluidos de la prohibición. El proyecto considerado el jueves también exime en particular toda propiedad residencial declarada vivienda. “El proyecto sustituto de comité al Proyecto Senatorial 147 incluye medidas preventivas de sentido común para proteger los alimentos, la energía y la seguridad nacional, al mismo tiempo que mantiene vivo el sueño americano de la vivienda propia", dijo Kolkhorst. "Cederles el control de los cultivos, los depósitos energéticos y las tierras raras a naciones autoritarias... me parece que es una medida de seguridad nacional”. El proyecto no les prohibiría operar en el estado a las entidades extranjeras y les permitiría arrendar propiedad o asociarse con compañías estadounidenses para realizar negocios.
El senador Charles Perry, de Lubbock, propuso una solución diferente, basada en su creencia de que los derechos de la propiedad privada son sagrados. “La propiedad privada es central a la República”, dijo. "Entregarle, cederle, al gobierno la autoridad de trasladar riqueza en nombre de una precaución es, como mínimo, una medida con escasa perspectiva”. A Perry le preocupa que, si bien hoy el objetivo son las entidades extranjeras hostiles, darle al gobierno el derecho de prohibir la compra y venta de tierras por ese motivo podría derivar en otros motivos más adelante. Dijo que su proyecto, la SB 711, intenta equilibrar las inquietudes vinculadas a la seguridad con los derechos inalienables de los texanos a la propiedad. “Confío en que el patriota estadounidense tomará la decisión correcta si sabe que el comprador pude ser de uno de nuestros países enemigos”, dijo Perry. Según esta medida, los compradores tendrían que declarar si son representantes de un país hostil y se le permitiría al comprador romper el contrato de compra por ese motivo. “Esa es la definición de patriotismo”, dijo. En última instancia, Perry dijo que el problema subyace en el exceso de confianza del consumidor estadounidense en los productos extranjeros baratos que sostienen a estos regímenes. “Si se quiere proteger a los Estados Unidos y perjudicar a los partidos comunistas chinos y similares, hace falta que todos hagamos un sacrificio. Tenemos que dejar de comprar sus cosas”.
Ambos proyectos quedaron pendientes en comité. El Senado volverá a reunirse el martes, 7 de marzo, a las 11 de la mañana.
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