(AUSTIN) — El miércoles, el Senado aprobó por unanimidad las dos medidas de asignaciones principales de esta sesión: una define el presupuesto estatal para los próximos dos años y otra revisa el estado actual de cuentas en relación con lo que se proyectó en 2019. A esta última, la HB 2, se le añadieron enmiendas que disponen que el Legislativo debe participar en la gestión de los fondos federales discrecionales, lo que asegura que el gobernador convoque a los legisladores nuevamente a Austin para decidir sobre el destino de los billones de dólares federales por la pandemia que llegarían a Texas luego de que termine la sesión, el 31 de mayo. El gobernador Greg Abbott había dicho a la dirigencia de la legislatura la semana pasada que agregaría el asunto de los fondos federales a la lista de temas a tratar en una sesión especial que se llevaría a cabo en otoño y tendría como tema principal la reorganización de distritos. “Todo fondo del que podamos disponer a voluntad, lo haremos a un lado por ahora, hasta que haya una sesión especial convocada por el gobernador”, dijo la senadora Nelson de Flower Mound, presidente del Comité Senatorial de Finanzas.
Como presidenta del Comité Senatorial de Finanzas, la senadora Jane Nelson de Flower Mound dirigió el trabajo sobre las asignaciones por cuarta sesión consecutiva. La propuesta recibió apoyo unánime el miércoles.
A finales de la sesión legislativa en 2019, el pronóstico fiscal del estado era bueno, según contó Nelson, que encabeza el trabajo de asignaciones por cuarta sesión consecutiva. “Cuando nos azotó la covid, cambió todo”, dijo. “Enfocamos nuestra atención en luchar contra un virus letal. Nuestro pueblo sufrió. Nuestra economía sufrió. Nuestras agencias se encontraron con gastos que no habían anticipado, y el declive de nuestros ingresos puso todo patas para arriba en cuanto al prepuesto estatal”. El presupuesto de 2020-2021 trazado la última sesión pasó de proyectar un saldo final acreedor de casi $3 billones a un déficit de $5 billones en el verano. Sin embargo, gracias a la economía resistente del estado, la inyección de capitales federales y la vacuna, que llegó más rápido y fue más efectiva de lo esperado, el pronostico cambió. “Texas volvió fortalecida”, dijo Nelson. “Nuestros ingresos mejoraron mucho”.
Como la legislatura no sesiona todos año, los presupuestos se escriben de forma prospectiva, basándose en proyecciones de gastos e ingresos. Por esta razón, cada sesión, los legisladores deben aprobar un proyecto de presupuesto complementario en el que se cotejan las proyecciones con lo que efectivamente ingresó y se gastó. Si bien en general suele dar un saldo negativo, que el estado debe cubrir, el presupuesto complementario de este año muestra un ahorro de $3 billones de dólares. El aumento de los valores de la propiedad y la caída de la asistencia escolar redujeron el gasto del estado en educación pública en más de $5 billones, y los fondos de ayuda federal alcanzaron para cubrir los $2.5 billones de salarios de empleados públicos que trabajaron para combatir la pandemia. Si se tienen en cuenta los gastos, la SB 2 muestra que se gastaron $2.7 billones menos de lo que se había proyectado en 2019.
El Senado dio su apoyo unánime a la versión final del presupuesto estatal, esbozado en las últimas semanas por negociadores de ambas cámaras. Asigna $116.4 billones en fondos discrecionales estatales, $248.5 billones si se cuentan los fondos federales y fondos dedicados, hasta septiembre de 2023. Esto representa un aumento de 5.5% respecto a la sesión pasada, perfectamente dentro de los límites constitucionales de gasto, según dijo Nelson. También agrega más de $3.1 billones al presupuesto educativo a fin de mantener el aumento al financiamiento de educación estatal, una medida clave de la sesión de 2019. Así, el estado gastaría en educación pública veinte por ciento más que en los últimos cuatro años. “Es un presupuesto del que deberíamos estar orgullosos, miembros”, dijo Nelson a sus colegas. Otros puntos destacados incluyen un aumento récord a la financiación de programas de salud de la mujer y $8.4 billones destinados a servicios de salud mental en 25 agencias estatales, servicios que, según la presidenta de Finanzas, son más importantes que nunca después de un año de crisis e incertidumbre. El proyecto también incluye incrementos para agentes de la DPS, agentes penitenciarios y guardabosques, y casi $60 millones para combatir la trata de personas.
Una vez que Representantes apruebe el proyecto final del presupuesto, pasará al despacho del gobernador, quien lo ratificará con su firma. Dado que el Senado hizo cambios al vocabulario del proyecto complementario, tendrá que pasar por Representantes una vez más.
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