Comunicado de prensa
DE DIFUSIÓN INMEDIATA
9 de julio de 2021
Contacto: Kelvin Bass
214-467-0123
El verdadero engaño es afirmar que hay fraude extendido en la votación

Un ex comandante en jefe de EE.UU. tiene como hábito calificar inmediatamente toda denuncia, no importa si es verídica, que no esté alineada con su subjetiva información, como “caza de brujas” o “fraude”. Pero una propuesta que, de aprobarse, crearía confusión en los votantes y rechazaría votos por razones que hoy son legales bajo el pretexto de asegurar la integridad en el voto, ése es el verdadero engaño.

El sitio electrónico del Procurador General de Texas dice que desde 2005, esa oficina ha procesado exitosamente 534 ofensas relativas a fraude electoral, involucrando a 155 personas. El número total de votos emitidos en elecciones en el estado durante el mismo período suma 83,933,740. Hallar fraude generalizado en el voto en Texas puede ser considerado, posible sino legítimamente, una caza de brujas. ¡Apuesto que más de 534 personas afirman haber visto a Bigfoot!

Las viejas denuncias de votos incorrectos recibieron nueva vida de parte de un candidato a presidente que perdió el voto popular en las dos elecciones pasadas. Pero pueden considerarse el impulso para casi 400 propuestas presentadas en legislaturas estatales en 2021, incluyendo la SB 7, que fue desbaratada por mis colegas en la cámara baja durante las últimas horas de la Sesión Legislativa Regular 87°. Para finales de mayo, 14 estados aprobaron nuevas leyes con restricciones a votantes.

Durante la pandemia, algunas jurisdicciones en Texas aprobaron reglas que ayudaron a votantes a sentirse seguros, como la creación de lugares móviles o temporales de votación, y la ampliación de provisiones que permiten el voto desde un vehículo. La SB7 y su sucesora en la Sesión Especial eliminarían el “voto al paso”, prohibiendo el uso de estructuras móviles o carpas o estacionamientos o garajes como lugares de votación. No se conoce ningún informe que indique fraude.

Los votantes con problemas de movilidad pueden, bajo la ley estatal actual, votar desde un vehículo. La legislación propuesta permitiría solo al votante o niño/a acompañante dentro del vehículo mientras se emite el voto. Hasta el conductor debe salir del vehículo.

A través de los años tejanos con conciencia cívica han ayudado a sus vecinos, incluyendo ancianos y otros que no conducen, llevándolos a las urnas. Iglesias y otras organizaciones en todo el país han ayudado a llevar votantes a las urnas. La sucesora de la SB7 desalentará esa amabilidad y civismo, forzando a buenos vecinos a llenar un formulario que debe entregarse a funcionarios electorales cuando llevan a tres o más personas a un lugar de votación.

Me alegra que una provisión en una previa versión de la propuesta electoral, que hubiera causado caos en lugares de voto al permitir que observadores electorales graben a votantes, fue eliminada. Pero la propuesta sigue dando a observadores casi total libertad de movimiento en lugares de voto, con solo su promesa de no interrumpir las actividades electorales. La medida crearía un delito Clase B para trabajadores electorales que nieguen libre movimiento a observadores en lugares de votación.

Esta semana surgieron noticias de que otras dos malas normas no serán parte de la nueva propuesta electoral. Una hubiera permitido a jueces anular los resultados de una elección en base a denuncias de que se emitieron votos ilegales, sin siquiera contar los votos.

Y los promotores de la medida y el vicegobernador dijeron que el texto indicando no se abrirían las urnas el último domingo de votación anticipada hasta la 1 p.m. no sería incluido. Hubo mucha protesta ante la idea de limitar esfuerzos “Souls to the Polls” o Almas a las Urnas, históricamente apoyados por iglesias afroamericanas.

Pero otra parte de la propuesta podría quedar. Ordena que la Secretaría del Estado dé seguimiento a listas condales de votación para determinar si el número de votantes registrados en un condado excede el número de votantes elegibles para votar en ese condado. El problema es que de año a año no existe un instrumento oficial que tabule cuántas personas son elegibles para votar en un condado específico. Oficialmente, ¿cuántas personas se mudaron a los condados Dallas, Bexar, Harris o Travis o Tarrant el año pasado?

Cuando la oficina de la pasada Secretaría de Estado dijo que las elecciones de 2020 fueron “tranquilas y seguras” y la participación en Texas fue mayor de lo que ha sido desde 1992, todo comentario de un generalizado fraude en el voto suena sospechoso, a menos para mí. Se le podría llamar noticias falsas.

Para más información, por favor contactar a Kelvin Bass al 214-467-0123.

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