Septiembre es el mes de la prevención del suicidio. Deberíamos aprovechar esta oportunidad para concientizar sobre la cantidad de personas que mueren de forma trágica por suicidios y recordar que hay pasos concretos que podemos dar para impedir que esas muertes ocurran en el futuro.

Por día, mueren más de seis texanos por suicidios y se hospitaliza a más de treinta por intentos fallidos. Igual de perturbador es el aumento de la tasa de suicidios entre los veteranos, cuya mortalidad por suicidio es casi el doble que la de los civiles. Y quizá lo más perturbador de todo sea que el suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años.

Estos hechos trágicos se pueden prevenir a través de una mayor concientización, políticas más inteligentes y el empoderamiento de las personas, para que puedan ayudar a los demás y a sí mismos. En la última sesión, conseguí la aprobación de la SB 279, la cual estipula que el número de la línea nacional de prevención del suicidio debe figurar en la tarjeta de identificación escolar de los estudiantes de sexto grado en adelante. Esta medida sencilla garantiza que los niños/as tengan acceso a información que les puede salvar la vida, mientras llevan su tarjeta de siempre, en el día a día.

Además de este trabajo, en las últimas dos sesiones legislativas, invertimos $330 millones en el Consorcio de Cuidado de la Salud Mental Infantil de Texas, lo cual ayuda a abordar desafíos de salud mental y disparidades en los servicios infantiles. Esto permitirá que se realicen intervenciones tempranas entre los estudiantes en riesgo de suicidio, drogadicción o que presentan un riesgo para sí mismos o los demás.

También sabemos que limitar el acceso a métodos letales es una forma comprobada de reducir los suicidios. Más del 70% de las personas que tuvieron intentos de suicidio altamente letales, pensaron en suicidarse una hora antes del intento o menos. Dado que sabemos que las personas tienden a pensar en el suicidio por períodos de tiempo cortos, interponer distancia y tiempo entre la persona y el método elegido de suicidio es una forma eficaz de disminuir los intentos de suicidio y muerte. Esto incluye guardar estos elementos bajo llave o directamente no tenerlos en casa, y la presencia de un amigo o familiar con la persona en riesgo.

Por último, es importante decir algo si nos preocupa que alguien que conocemos esté contemplando el suicidio. Informar a las personas sobre la línea 988, el número nuevo de prevención del suicidio es una forma comprobada de prevenir el riesgo actual y futuro de suicidio. Además, informar a familiares, maestros y amigos ayudar a aumentar las chances de una intervención positiva. Hablar sobre el suicidio y reducir el estigma en torno a esos sentimientos es algo que todos podemos hacer y salva vidas.

Recordemos: tenemos la capacidad y las herramientas para salvar vidas. Con acciones que parecen pequeñas, podemos salvarle la vida a alguien. Así que en el mes de la prevención del suicidio, esforcémonos para acabar con el suicidio en nuestras comunidades y garantizar que no falte nadie a la mesa o en la casa vecina a causa del suicidio.

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