Los desafíos que enfrentamos en la frontera con inmigrantes que buscan asilo se han convertido en crisis. Las acusaciones y retórica política de republicanos y demócratas deben terminar, y debemos unirnos para hallar soluciones a corto plazo y una respuesta que sea humanitaria y asegure nuestra frontera. Debemos tomar acciones apropiadas que no solo protejan a los migrantes sino también a los residentes de nuestras comunidades. Todo eso y a la vez ser conscientes de que seguimos sufriendo una pandemia, y nuestros hospitales enfrentan nuevamente escasez de personal y camas de terapia intensiva.

Solo la semana pasada el patrullero en jefe del sector Valle del Río Grande (RGV) declaró que “RGB ha visto un sustancial aumento en detenciones que superan la capacidad de estaciones patrulleras fronterizas en RGV”. También agregó: “En el año fiscal 2021, las detenciones en RGV están subiendo aproximadamente un 529% comparadas con el año fiscal 2020”. Estas declaraciones son alarmantes y preocupantes para mí y nuestras comunidades fronterizas, ya que muchos de los migrantes examinados dieron COVID positivo.

Empeorando la cosa, no hay nadie supervisando a los migrantes que dieron positivo en COVID. Se ha reportado que estas personas y sus familias van a nuestras comunidades, nuestros restaurantes y tiendas, sin mascarillas –potencialmente contagiando el virus a otros. Esto es especialmente preocupante ya que tenemos la variante DELTA propagándose muy rápidamente en nuestro estado y país entero.

Aunque estamos bendecidos con organizaciones como Catholic Charities del Valle del Río Grande, bajo la dirección de la Hermana Norma Pimentel, que brinda refugio, alimentos y ropa a inmigrantes, están funcionando a capacidad. Esto ha dejado al Juez Richard Cortez del Condado Hidalgo, el Alcalde Javier Villalobos de Mc Allen y otros alcaldes municipales sin otra opción que emitir declaraciones locales de desastre. Estas declaraciones intentan tratar el problema de falta de recursos e infraestructura para continuar alojando y facilitar la liberación de migrantes en custodia federal.

Está claro que los recursos públicos, privados y sin fines de lucro se han estirado al máximo, y el Congreso no ha hecho nada para ayudarnos a responder a esta crisis de inmigración. Miembros del Congreso que visitaron el sur de Texas para discusiones sobre seguridad fronteriza han estado acá para sacarse fotos y dar conferencias de prensa sin tomar ninguna acción. Este problema de inmigración ocurre desde hace demasiado tiempo y ya es suficiente.

La Administración Biden debe trabajar con el Congreso para reformar nuestro disfuncional sistema migratorio y solucionar el problema subyacente. Sin embargo, a corto plazo, tomar las acciones necesarias para desacelerar el número de inmigrantes que cruzan la frontera y tener mejor control de su liberación nos ayudará a mantener la seguridad en nuestras comunidades.

Debemos definir y proteger nuestras fronteras. Tenemos derecho a saber quién ingresa a nuestro país. Un país deja de ser nación si no defiende y protege sus fronteras. En nuestra crisis actual no estoy culpando a los inmigrantes. Están siguiendo el mensaje que escuchan de nuestro gobierno federal, que es ‘Vengan a USA, y con nuestro método de aprehensión y liberación, si logran entrar probablemente se queden’. Hago totalmente responsable al gobierno federal por este mensaje, y por no controlar y asegurar nuestra frontera.

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