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COLUMNA DE OPINIÓN
18 de junio de 2021
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Un plan de seguridad fronteriza por legisladores de la frontera
Por los senadores César J. Blanco (El Paso), Juan “Chuy” Hinojosa (McAllen) y Judith Zaffirini (Laredo)

El Gobernador Greg Abbott celebró recientemente una conferencia de prensa para anunciar sus planes de construir un muro en la frontera con dólares de contribuyentes del Estado de Texas. También señaló una nueva manera de acusar de crimen a inmigrantes y solicitantes de asilo, para crearles antecedentes criminales y encarcelarlos. En conferencia de prensa, el Gobernador Abbott estuvo rodeado de legisladores de varias partes del estado, pero ninguno que represente a una comunidad fronteriza.

Como los legisladores fronterizos viven y trabajan a diario en la frontera, entendemos la preocupación de nuestros constituyentes y los desafíos que enfrentan nuestras comunidades. En nuestro gobierno representativo la voz de los legisladores fronterizos es la voz de las comunidades fronterizas, y deben tener un lugar en la mesa para discutir temas que afectan a nuestros distritos. Por la razón que sea, fuimos omitidos de esas discusiones legislativas relativas a la frontera. Nosotros apoyamos la inmigración legal, no la frontera abierta, y hemos apoyado una seguridad fronteriza transparente, responsable e inteligente durante años.

Legisladores de ambos partidos políticos están de acuerdo en que la seguridad fronteriza es de responsabilidad federal. Sin embargo, durante años Texas ha suplementado esas acciones federales gastando billones del dinero de contribuyentes en esta responsabilidad federal, en vez de en otras necesidades urgentes del estado. Esta sesión, por ejemplo, Texas asignó otro $1.1 billón para seguridad fronteriza. Nada en esa suma se dedicó a un muro fronterizo.

El gobierno federal, desde el Presidente George W. Bush, ya ha construido vallas y muros en las áreas de mayor tráfico. Construir un muro desde El Paso a Brownsville sería la manera más cara y menos efectiva de lograr la seguridad fronteriza, y un colosal desperdicio del dinero de contribuyentes. Un muro de cemento o listones de acero es una solución del siglo tercero para un problema migratorio del siglo XXI. Cualquiera que comete un crimen, sea inmigrante o residente legal, debe ser arrestado. Pero Texas no debería eludir leyes federales de inmigración y asilo creando nuevas maneras de criminalizar y encarcelar a inmigrantes y solicitantes de asilo sin documentación. Esta onerosa propuesta desbordará las ya recargadas prisiones locales --con personas no peligrosas--y separará a familias que buscan refugio y el sueño americano.

El nuevo gobierno federal está trabajando para tratar las causas de raíz de estas olas migratorias que presionan nuestras fronteras, pero esto llevará tiempo. Lo fundamental es que el Congreso debe actuar inmediatamente para aprobar una reforma migratoria y brindar recursos para detener a los elementos criminales antes de que crucen la frontera.

Pero si Texas va a estar mientras tanto encargada de la seguridad fronteriza, el estado debe ser responsable, transparente e inteligente con los dólares de impuestos. El estado debe escuchar también a los legisladores de la frontera. Si Texas se compromete a transitar ese camino, como legisladores representantes de distritos en la frontera Texas-México, sugerimos las siguientes medidas para empezar:

  1. Construir un muro inteligente o virtual con red de fibra óptica en la frontera, apoyado por tecnología, drones, sensores de movimiento, cámaras, etc. Una infraestructura virtual para la seguridad fronteriza puede lograrse con una fracción del costo del muro físico; puede incrementar el monitoreo, la detección y respuesta; y cerrar la brecha digital policial en la frontera.
  2. Reembolsar a comunidades y propietarios privados locales en la frontera por costos incurridos relativos a seguridad fronteriza y asistencia humanitaria, mediante ingresos de confiscaciones de bienes por crímenes fronterizos y otros subsidios estatales. Nuestras comunidades fronterizas están en primera línea en el apoyo policial local a esfuerzos de seguridad fronteriza, en la asistencia humanitaria a familias y niños necesitados, y en el procesamiento humanitario de migrantes fallecidos. Como los propietarios privados de la frontera también sufren daños en vallas, establos, letrinas y ganado por parte de traficantes de personas y carteles, deberían ser reembolsados por esos gastos.
  3. Tomar medidas enérgicas contra el tráfico de armas en Texas, y dar mayor incentivo a informes de armas perdidas o robadas ante la policía. Si Texas es seria en combatir carteles y traficantes armados, deberíamos hallar maneras de desarmarlos. Cientos de miles de armas al año son contrabandeadas de EEUU a México, rastreadas como el 70 por ciento del total de armas decomisadas en asesinatos, robos y redadas de drogas. Aproximadamente el 41 por ciento de armas ilícitas usadas para cometer crímenes en México provienen de Texas.
  4. Reducir la demanda de drogas, empezando por los menores, y el relativo flujo de dinero hacia México. Esto requiere educación, intervención, rehabilitación y programas policiales. La entrada de drogas de México a Texas y de efectivo de aquí hacia allá parará cuando se reduzca o elimine la demanda de drogas.
  5. Modernizar puertos de entrada con tecnología y sistemas inteligentes de transporte. El Fentanilo y la mayoría de drogas ilícitas de México entran a EE.UU. a través de los puertos de entrada. Invertir en esos puertos puede hacer nuestra frontera más segura y a la vez fortalecer nuestra economía.
  6. Mejorar las estaciones de inspección ferroviaria fronteriza requerida por Aduanas y Patrulla Fronteriza de EE.UU. para vías de ferrocarril fronterizo de propiedad del Estado de Texas. Algunas vías ferroviarias fronterizas de Texas cruzan la frontera y deben mejorar su infraestructura para la inspección y procesamiento de vagones.

Éstas son solo algunas ideas de legisladores que representan la frontera y entienden los problemas de nuestra región y sus soluciones. Financiando estas propuestas en vez de un muro, daríamos grandes pasos y usaríamos los dólares de impuestos del estado para beneficiar a los tejanos, no financiando programas que deben ser responsabilidad del gobierno federal.

El tema de la inmigración y seguridad fronteriza ha sido un desafío durante décadas y ha estado plagado de políticas partidistas. Estos temas no se solucionarán de la noche a la mañana ni por un solo partido. Tenemos fe en que si dejamos de lado la política, podemos hallar puntos comunes para tratar estos problemas. Eso requiere primeramente incluir a los legisladores fronterizos en la discusión.

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