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COLUMNA DE OPINIÓN
DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Abril 23, 2020
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Gobernador ordena cierre de escuelas, no de la instrucción
Columna del Senador Estatal Juan "Chuy" Hinojosa

La educación de nuestros niños es de alta prioridad. Sin embargo, el tema más apremiante en este momento sigue siendo la salud y seguridad de todos los tejanos. Por esta razón, la semana pasada envié una carta al Gobernador Greg Abbott urgiéndole use su autoridad para cancelar las clases por el resto del año escolar, para garantizar así la seguridad de nuestros estudiantes y sus padres. El tiempo de instrucción perdido es un duro sacrificio, pero podemos tomar otros pasos para recuperar ese tiempo perdido.

En su orden ejecutiva del 17 de abril, el Gobernador Abbott cerró las escuelas por el resto del año académico, pero no dio fin a la instrucción. Yo sé que cerrar las escuelas por el resto del año escolar no es la noticia que nuestros maestros querían escuchar. Sin embargo, ellos saben que es una decisión que necesitaba tomarse para ayudar a contener la propagación del COVID-19, por la seguridad de los estudiantes y sus familias. Nuestros estudiantes probablemente no imaginaban que cuando empezaron el receso de primavera, ésa sería la última vez que verían a sus amigos y maestros en este año escolar.

Nuestros educadores trabajan incansablemente en las aulas para asegurar que todos los niños de Texas tengan acceso a una buena educación. Ellos se esfuerzan diariamente para garantizar que nuestros niños puedan lograr su mayor potencial y aprovechar totalmente, ahora y en el futuro, las oportunidades sociales, económicas y educativas de nuestro estado y nación. Aunque la Agencia de Educación de Texas (TEA) y la dirigencia del Comisionado Mike Morath siguen brindando guía, recursos y apoyo a nuestros distritos escolares, estas nuevas “escuelas en el hogar” son un desafío para padres, estudiantes y maestros. Yo aprecio el esfuerzo de TEA y estoy maravillado de la rapidez con que nuestros distritos escolares, sus equipos de liderazgo y los maestros pasaron a la instrucción electrónica en la red.

Pero todo distrito es diferente, con necesidades diferentes y recursos diferentes. Debemos reconocer estas diferencias y los problemas que las acompañan, como la falta de acceso a internet y/o instrumentos electrónicos. También debemos trabajar para asegurar que los chicos de todos los grados reciban la mejor educación posible, reconociendo que la instrucción en la red para los más pequeños, especialmente los de jardín al 2do grado, conlleva mayores desafíos para los padres que no están entrenados en la educación temprana.

Recientemente me uní a un seminario en la red con dirigentes empresariales y comunitarios del sur de Texas para escuchar a expertos en educación. Un administrador escolar se mostró legítimamente preocupado por el efecto que tendrá el cierre de escuelas en estos estudiantes y en nuestro futuro. Él también criticó a los distritos escolares que “solo dieron paquetes” a sus estudiantes. Él abogó por hacer responsables de un mayor nivel a directores y maestros, a pesar de esta crisis. Todos queremos que nuestros estudiantes sigan progresando en su educación, y deberíamos hacer todo lo posible por lograr esa meta. Sin embargo, también tenemos que estar conscientes de la realidad actual, y ajustar los pasos que tomemos en adelante para asegurar que nuestros niños no se queden rezagados.

Todos hemos visto y sentido los efectos del COVID-19. Con más de un millón de tejanos sin trabajo ahora, y otros millones temerosos de poder ser los próximos, sabemos del estrés y ansiedad que están sintiendo padres y maestros. Que los padres tengan que hacer ahora de maestros es suficientemente difícil, sin tener además que preocuparse sobre sus ingresos y qué hay para comer.

Yo sé que los maestros harán lo mejor posible con los recursos disponibles, a pesar de no haber sido específicamente entrenados para la instrucción remota. Y, aunque siempre se espera que los padres sean compañeros de los maestros en la educación de sus hijos, yo felicito a aquellos que ahora van mucho más allá, para ser padres y maestros a tiempo completo.

Sin embargo, me siguen preocupando los niños que, sin culpa alguna, recibirán malas calificaciones porque no cuentan con los recursos tecnológicos para cumplir con los requisitos, o sus padres están trabajando o esperando los atiendan en la Comisión Laboral de Texas, o esperando en la fila para recibir alimentos para sus hijos. Y siento también por los padres que hablan español y aquellos con educación limitada, que podrían tener problemas en enseñar o comunicarse con los maestros.

No hay duda de que superaremos esta crisis. Pronto volveremos seguros a trabajar y veremos la economía de Texas florecer nuevamente. Pero no podemos perder de vista nuestro futuro –y eso es nuestros niños. Debemos asegurar que ellos progresen también, y no permitir que esta crisis se convierta en un obstáculo permanente para el logro de sus sueños.

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