Gobernadores en todo el país, incluyendo nuestro propio Rick Perry, están preparando sus discursos sobre la situación de sus respectivos Estados. En efecto, el recientemente reelecto gobernador de California y el electo gobernador de New York ya han pronunciado el suyo. Y ambos aprovecharon la oportunidad para anunciar que una atención médica asequible será una de las mayores prioridades de su administración en el 2007, incluyendo iniciativas de atención médica integral para los niños y esfuerzos para reducir el número de adultos no asegurados en sus estados.

¿Qué vamos a oír en Texas sobre estos temas? Después de todo, tenemos más habitantes sin seguro que todo otro estado del país y el costo de la salud amenaza con dañar seriamente a familias de clase media, dueños de pequeños negocios, hospitales, doctores –y nuestro futuro crecimiento económico.

La necesidad de solucionar nuestra crisis en salud trasciende políticas partidistas. El Gobernador Spitzer es un demócrata liberal y el Gobernador Schwarzenegger –como el Gobernador Perry—es un republicano conservador.

Ni tampoco es cuestión de geografía. California, Texas y New York son primera, segunda y cuarta en el número de adultos en edad laboral no asegurados. Estos estados también son primero, segundo y quinto en el número de niños no asegurados. Si es algo, el problema es peor aquí porque el porcentaje de tejanos sin cobertura médica –31 por ciento de adultos en edad laboral y 20 por ciento de niños—nos ubica primeros y lejos de todo otro estado en la nación.

No es porque los proveedores de servicios médicos no hayan comunicado el problema. En cuidadosos informes, una coalición de facultades estatales médicas, la Asociación Médica de Texas y otros han ofrecido graves pronósticos si Texas no actúa ahora para parar el círculo vicioso de la falta de seguro médico.

Pero donde los proveedores de salud podrían haber fallado es en no asociarse con la fuerza más poderosa en la política de Texas: el sector empresarial. No logrando comunicar el caso de los negocios en cuanto a los no asegurados, el tema fue ignorado en las elecciones del 2006 y sigue siendo ignorado hoy, al reunirse los legisladores en la sesión legislativa y prepararse el Gobernador Perry para su tercer mandato.

El Gobernador Schwarzenegger describe al alto número de residentes no asegurados en su estado como “un impuesto oculto a toda persona que reside en el estado” y “una terrible carga en nuestra economía”. El Gobernador Spitzer dice que “expandir el acceso a la salud reducirá el gasto estatal significativamente a largo plazo”.

Esta es la situación en Texas:

• Uno de cada cuatro tejanos –5.6 millones de personas—no tiene seguro. En Houston, una de cada tres personas no tiene acceso a servicios médicos básicos.
• Los contribuyentes, los tejanos sin seguro y los empleadores que ofrecen beneficios médicos pagan extra por la asistencia a no asegurados, agregando $1,551 a la prima promedio de seguro médico privado de familias tejanas.
• Alrededor del 79 por ciento de los tejanos sin seguro trabajan o viven con un miembro familiar que trabaja. Estos tejanos empleados pero no asegurados trabajan principalmente en negocios pequeños, los mayores generadores de nuevos empleos.
• Los pacientes no asegurados tienden a evitar o demorar el tratamiento de enfermedades o heridas graves, y condiciones o enfermedades crónicas. Para los empleadores, eso significa que los trabajadores enfermos se agravarán y faltarán al trabajo por mayor tiempo.
• Muchos pacientes sin seguro son forzados a acudir a ya congestionadas salas de emergencia, a tres veces el costo de una visita al doctor, y muchas veces asumido por el contribuyente.

Y aquí hay unos pasos para consideración del Gobernador Perry y nuestros dirigentes estatales:

• Extender el proyecto piloto “tres partes” en el Condado Galveston, donde empleadores, empleados y el Programa de Seguros Médicos para Niños (CHIP) comparten en partes iguales la prima de seguro para trabajadores en pequeños negocios que no pueden pagar beneficios de salud para sus empleados.
• Alentar la participación de doctores en Medicaid, aumentando los índices de reembolso.
• Recibir los dólares de Washington D.C. a los que tenemos derecho, donde cientos de millones en fondos federales nos son disponibles si simplemente aprovechamos los generosos fondos federales compartidos para Medicaid y CHIP, inscribiendo a todo tejano elegible en tales programas.
• Alivianar la carga de contribuyentes locales, persiguiendo agresivamente los reembolsos federales disponibles para servicios Medicaid basados en escuelas.
• Invertir en buenos programas de enfermería en universidades e institutos estatales para tratar la escasez récord de enfermeros.
• Probar otras innovaciones que ayudarían a los trabajadores tejanos no asegurados a adquirir seguros en programas del estado.

No necesitamos copiar los modelos de California o New York. Esta es Texas, después de todo. Tenemos problemas únicos y, por supuesto, esa gran proporción de nuestra población sin seguro médico. Lo que necesitamos es un plan tejano. Y necesitamos que nuestros líderes estatales lo promuevan.

Sin una iniciativa integral para resolver la crisis de en la salud, Texas no podrá sustentar una economía sana o construir un futuro de progreso y prosperidad. Otros estados avanzan con audaces iniciativas para reducir el número de los no asegurados. Si Texas quiere seguir siendo un lugar atractivo para hacer negocios, debemos hacerlo nosotros también.

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