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Senadora Lois Kolkhorst: Distrito 18
Comunicado de prensa
DE DIFUSIÓN INMEDIATA
Marzo 2, 2017
Contacto: Matthew Russell
(512) 463-0118
Los derechos de la mujer son derechos humanos
por la Senadora Lois W. Kolkhorst

En mayo de 2016, el Presidente Obama emitió un edicto para que los escolares puedan declarar su propio género y usar el baño, vestuario o ducha de su elección.

Por suerte, el recientemente nombrado procurador general ha rescindido esa orden, diciendo que fue hecha "sin debida consideración del rol principal de los estados".

Yo estoy de acuerdo y es por eso que soy autora, junto a más de una docena de mis colegas senadores estatales, del Acta de Privacidad de Texas (SB 6).

La propuesta codificaría lo que la mayoría de los tejanos ya asumen. El acta designa duchas, vestuarios y baños separados para hombres y mujeres en escuelas, universidades e institutos públicos, y edificios del gobierno.

Seamos claros, cuando hablamos de que un niño declare su propio género, estamos hablando de permitir que estudiantes varones entren al baño y vestuario de las mujeres. A menos que definamos límites, los jóvenes "curiosos" o con metas más perversas tendrán libertad de experimentar, mientras las niñas y los padres quedan legalmente sin ningún poder. Las escuelas enfrentarían juicios que enfrentarían a padres contra juntas escolares, como ya hemos visto en Fort Worth, Dripping Springs y Pearland.

Texas debe establecer una normativa de género sensata y no discriminatoria, o alguien más lo hará por nosotros.

Debemos anteponer la seguridad y dignidad a una ingeniería social disfrazada de derechos civiles. El Acta de Privacidad de Texas es incluyente, permitiendo adaptaciones personales por circunstancias especiales, mientras se respeta a aquellos que no consienten que un hombre entre al baño de mujeres.

Recordemos que los derechos de los padres y los derechos de las mujeres son definitivamente derechos humanos.

Las víctimas de agresión sexual suelen decir que los atacantes buscarán toda oportunidad. Los medios han ignorado cuidadosamenteeste punto, enmarcando en vez el tema en todo otro contexto imaginable.

Algunos han hecho predicciones de que nuestra economía podría sufrir si el estado aprueba la SB 6.

La verdad es lo contrario.

La SB 6 permitiría que negocios privados tomen sus propias decisiones, dando claras direcciones a escuelas públicas y edificios de gobierno, lo que fortalecería nuestra economía.

Un estupendo ejemplo es Houston, donde los votantes aprobaron una normativa pro privacidad, y luego recibieron exitosamente al NCAA Final Four y el Super Bowl. O miren a Carolina del Norte, que tuvo un superávit de $425 millones en su presupuesto y anunció 5,000 nuevos empleos después de tratar el tema.

Mucho se ha dicho del reclamo que nuestro estado perdería un evento de espectáculo o deporte si se aprueba la SB 6. Con esta lógica, ¿adónde exactamente termina la amenaza de boycott? ¿Son los equipos y estrellas de Hollywood los que van a decidir nuestra política de salud?

Texas es la décima economía del mundo. No podemos vender la seguridad de nuestros niños por treinta monedas de plata o cualquier precio imaginado por operativos políticos.

Como ex atleta de NCAA, yo soy un producto del Título IX y los avances logrados en el atletismo femenino. Desde que comenzó el Título IX en 1972, hemos visto un aumento del 600% en deportes de mujeres en universidades. A menos de que actuemos, esos avances podrían terminar en un pantano de litigios por fluidez de género.

Si los hombres se pueden declarar mujeres instantáneamente, ¿entonces qué pasa con el deporte femenino, o los derechos de la mujer?

La orden de Obama estaba basada en la idea de que Washington D.C. nos puede decir que las distinciones entre géneros ya no existen. Desafortunadamente, todo el que no esté de acuerdo puede ser acusado de intolerante u hostigado hasta que deje de hablar.

Esta propuesta no es solo de baños; está en juego algo mucho más profundo.

Texas fue construida sobre cimientos morales. Sam Houston habló de "hacer lo correcto" y arriesgar sus consecuencias. Las palabras de Houston siguen certeras en la actualidad, pero, increíblemente, hoy arriesgamos las consecuencias por el alto crimen de defender la seguridad de las niñas y mujeres.

Han venido activistas de otros estados para destruir la SB 6, pero no nos van a amedrentar.

Mi trabajo es proteger los derechos de todos y decir la verdad, aunque atraiga la ira de la elite liberal o periodistas con agenda.

Y la verdad es que necesitamos y merecemos el Acta de Privacidad de Texas.

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